Reprogramando el borde ribereño entre Formosa (Arg.) y Alberdi (Py.)

El Río Paraguay no es solo agua. Es historia, es intercambio, es frontera y es vínculo. Desde tiempos inmemoriales, sus orillas han albergado comunidades que lo habitan, lo cruzan y lo transforman. Hoy, Formosa y Alberdi se enfrentan al desafío de reimaginar su relación con este borde fluvial, para convertirlo en un espacio de integración en lugar de una fisura urbana.-

Latinoamérica sin Fronteras: Tejiendo Redes a través del Agua

Desde tiempos precolombinos, el agua ha sido el gran articulador del territorio latinoamericano. Los pueblos originarios, como los guaraníes en la región del Gran Chaco, entendían los ríos no como límites, sino como caminos que tejían redes de intercambio, movilidad y cultura. Sus asentamientos no se definían por fronteras fijas, sino por la dinámica de los flujos naturales y humanos que conectaban a las comunidades ribereñas.

La llegada de los europeos alteró radicalmente esta lógica. La imposición de fronteras rígidas y el trazado artificial de los Estados nacionales fragmentaron espacios antes integrados, convirtiendo a los ríos en barreras políticas más que en ejes de cohesión. La Guerra de la Triple Alianza (1864-1870) consolidó esta ruptura en la Cuenca del Plata, redefiniendo los límites de Paraguay y afectando la dinámica de sus ciudades ribereñas.

Sin embargo, el agua sigue operando como un vínculo ineludible. En la hidrovía Paraguay-Paraná, ciudades como Posadas-Encarnación, Clorinda-Nanawa y Pilar-Cano mantienen un tejido transfronterizo basado en la movilidad cotidiana y el comercio, aunque condicionado por la falta de infraestructura integrada. Casos globales como Detroit-Windsor (EE.UU.-Canadá) o Basilea-Weil am Rhein-Huningue (Suiza-Alemania-Francia) demuestran que las fronteras pueden transformarse en territorios de oportunidad cuando se implementan estrategias urbanas que reconocen y potencian sus interacciones.

Este contexto invita a repensar las fronteras en Latinoamérica no como líneas de separación, sino como espacios de convergencia. En este marco, la integración fluvial surge como una estrategia clave para fortalecer la conectividad transfronteriza, promoviendo el desarrollo sostenible y la resiliencia de las ciudades ribereñas.

Volver al Agua: Reconectar la Ciudad con su Borde Fluvial

El río Paraguay ha sido históricamente un eje de vida y conexión para Formosa y Alberdi. Sin embargo, el crecimiento urbano y la falta de planificación han generado una relación fragmentada con el agua. A pesar de la movilidad constante entre ambas ciudades, la ausencia de infraestructura transfronteriza eficiente y la desconexión de los espacios ribereños han convertido al borde fluvial en una frontera más que en un puente.

Desde una escala urbana, Formosa cuenta con una serie de espacios públicos que miran al río, como la Costanera, la Playa Parque Arena y el Paseo Ferroviario, pero estos no han sido concebidos como un sistema integral de relación con el agua. Su desconexión impide que la ciudad estructure una continuidad urbana que aproveche el potencial del borde ribereño. Por otro lado, Alberdi presenta una infraestructura urbana más limitada, donde el mercado y la playa son sus principales espacios de encuentro. La falta de espacios públicos adecuados y equipamientos impide que la ciudad pueda potenciar su relación con el río y consolidar una estructura urbana más inclusiva.

A nivel local, la relación de las comunidades con el río está marcada por dinámicas de apropiación espontánea. En Formosa, las franjas de terreno que han quedado expuestas por las bajantes históricas del río Paraguay evidencian la transformación del paisaje y plantean preguntas sobre el futuro del borde fluvial. Mientras tanto, en Alberdi, la playa se ha convertido en un punto de atracción para los formoseños, pero sin una infraestructura adecuada que sostenga su uso a largo plazo.

El desafío radica en repensar estos espacios desde una perspectiva de integración. Estrategias como la regeneración ambiental del borde, la creación de circuitos de movilidad peatonal y fluvial, y la activación de espacios públicos binacionales pueden transformar la frontera en un territorio dinámico, resiliente y de encuentro. En lugar de un límite, el agua debe volver a ser el eje articulador de la vida urbana.

Problemáticas: Una Frontera con Barreras Invisibles

A pesar de la intensa movilidad y el comercio entre Formosa y Alberdi, la frontera fluvial enfrenta desafíos estructurales que impiden su consolidación como un corredor transfronterizo eficiente. Aunque el río Paraguay ha sido históricamente un vínculo entre ambas ciudades, hoy actúa más como una barrera que como un conector territorial. La falta de infraestructura adecuada y de estrategias de planificación ha generado una fragmentación que afecta la movilidad, el desarrollo urbano y la sostenibilidad del entorno.

Uno de los principales problemas es la ausencia de cruces eficientes que permitan una conexión fluida y segura entre ambos bordes. Actualmente, el transporte fluvial depende de embarcaciones informales que operan sin una regulación clara, lo que genera tiempos de espera prolongados, costos elevados y riesgos para quienes cruzan diariamente. Esta situación limita el potencial de integración y restringe el desarrollo económico local, haciendo que la dependencia comercial entre ambas ciudades sea vulnerable a cambios en las políticas fiscales y cambiarias de Argentina y Paraguay.

Por otro lado, la falta de planificación urbana ha llevado a que el borde fluvial de Formosa y Alberdi se desarrolle de manera fragmentada. En Formosa, los espacios públicos como la Costanera, la Playa Parque Arena y el Paseo Ferroviario miran al río, pero no están conectados entre sí ni articulados en un sistema de movilidad que favorezca la relación con el agua. En Alberdi, la situación es aún más precaria, con escasa infraestructura urbana y una dependencia estructural de los servicios formoseños. Esta desconexión impide que ambas ciudades puedan pensar en un modelo de integración sostenible, donde el borde ribereño funcione como un espacio de cohesión en lugar de un límite territorial.

A estos desafíos se suma la vulnerabilidad ambiental. El río Paraguay ha experimentado bajantes extremas en los últimos años, dejando expuestas grandes franjas de tierra y afectando la dinámica ecológica del borde fluvial. Paradójicamente, este mismo territorio es altamente susceptible a inundaciones que, en ausencia de infraestructuras resilientes, comprometen la estabilidad urbana y económica de ambas ciudades. La falta de estrategias de adaptación climática agrava el problema, dejando expuesta a la población a eventos climáticos extremos sin planes de mitigación adecuados.

El conjunto de estas problemáticas refleja la necesidad de repensar la relación entre Formosa, Alberdi y el río. La frontera fluvial no debería ser un obstáculo, sino una oportunidad para construir un modelo de integración binacional basado en la movilidad sostenible, la regeneración ambiental y el fortalecimiento de las dinámicas económicas transfronterizas.

Oportunidades: Repensar la Frontera como Espacio de Encuentro

A pesar de estos desafíos, la frontera fluvial entre Formosa y Alberdi presenta un gran potencial para la integración territorial y el desarrollo sostenible. Repensar este borde no solo permitiría mejorar la movilidad y el comercio, sino también consolidar un modelo de ciudad que reconozca al agua como un elemento estructurante en la planificación urbana y territorial.

Una de las principales oportunidades radica en la posibilidad de consolidar un sistema de conectividad eficiente a través de infraestructuras estratégicas. La implementación de un sistema de transporte fluvial regulado, la mejora de los accesos en ambas riberas y la generación de nuevas conexiones peatonales pueden transformar la relación entre las dos ciudades. La experiencia de otros bordes urbanos fluviales demuestra que la articulación de estos sistemas no solo mejora la movilidad, sino que también fortalece los lazos sociales y económicos entre territorios separados por el agua.

Además, la regeneración del espacio público en el borde fluvial permitiría integrar el río a la vida urbana. En Formosa, la articulación de sus espacios ribereños a través de corredores verdes, circuitos peatonales y equipamientos estratégicos facilitaría una relación más fluida con el agua. En Alberdi, la consolidación de su mercado y la creación de nuevos espacios de uso público permitirían potenciar su identidad y reducir su dependencia estructural de Formosa.

El desarrollo de una economía transfronteriza sostenible también representa una oportunidad clave. La formalización de los circuitos comerciales y la implementación de estrategias de cooperación binacional podrían mejorar la estabilidad del comercio entre ambas ciudades. Iniciativas como ferias binacionales, incentivos fiscales conjuntos o la creación de nuevos polos de intercambio permitirían dinamizar la economía local y generar un crecimiento más equitativo en ambos bordes.

Por último, la crisis climática abre la posibilidad de repensar la infraestructura de ambas ciudades desde una perspectiva resiliente. La implementación de estrategias de adaptación, como parques inundables, sistemas de drenaje sostenible y proyectos de restauración ecológica, permitiría mitigar los riesgos ambientales y fortalecer la relación con el río. En este sentido, Formosa y Alberdi tienen la oportunidad de convertirse en un modelo de integración fluvial sostenible, donde el agua no sea vista como un obstáculo, sino como un eje articulador del desarrollo urbano y territorial.

Pregunta de Investigación

¿Cómo podemos potenciar la frontera fluvial Formosa-Alberdi como un territorio de integración binacionalsin perder de vista las dinámicas locales de habitabilidad y uso del espacio?

HABITAR LA FRONTERA FLUVIAL

El borde fluvial entre Formosa (Argentina) y Alberdi (Paraguay) tiene el potencial de transformarse en un espacio de integración binacional mediante la implementación de infraestructuras estratégicas, la regeneración del espacio público y el fortalecimiento de la movilidad sostenible.

Si se desarrolla un sistema de conectividad transfronteriza basado en soluciones adaptadas a la dinámica del río y a las necesidades socioeconómicas de ambas ciudades, es posible que el agua deje de ser una barrera y se convierta en un eje de cohesión territorial. La planificación coordinada entre ambos márgenes permitiría consolidar un modelo urbano resiliente, capaz de responder a los desafíos del cambio climático, potenciar la economía local y mejorar la calidad de vida de sus habitantes.

Este proceso requiere un enfoque que articule la escala bioregional con intervenciones en la escala urbana y local, promoviendo una nueva manera de habitar la frontera fluvial. A través de estrategias de infraestructura, movilidad y espacio público, se busca transformar la relación entre Formosa y Alberdi, estableciendo un vínculo dinámico y sostenible que redefina el concepto de frontera en el contexto latinoamericano.

Metodología de la Investigación: Formosa-Alberdi como Laboratorio Urbano

La investigación adopta un enfoque interdisciplinario que combina herramientas del urbanismo, la geografía y la planificación territorial para analizar y proyectar nuevas dinámicas de integración en la frontera fluvial Formosa-Alberdi. Se propone un modelo de investigación aplicada, en el que el territorio mismo funciona como un laboratorio urbano en constante observación y transformación.

A través del análisis territorial y diagnóstico, se estudian las condiciones actuales del borde fluvial, identificando problemáticas y oportunidades en términos de movilidad, infraestructura y resiliencia climática. Se recurre a la cartografía y el modelado espacial para representar las dinámicas del territorio y simular escenarios de intervención.

La investigación se enriquece con estudios comparativos de otras ciudades ribereñas que han desarrollado estrategias de integración transfronteriza, permitiendo identificar modelos replicables y adaptables al contexto de Formosa y Alberdi. Además, la recopilación de información cualitativa a través de entrevistas y participación comunitaria es clave para comprender las percepciones, necesidades y expectativas de los habitantes.

El estudio también incorpora un enfoque de resiliencia climática, evaluando las fluctuaciones del nivel del agua y su impacto en la planificación urbana. Se propone la generación de estrategias basadas en la naturaleza para mitigar los efectos de las crecidas e inundaciones, integrando soluciones innovadoras en el diseño del borde ribereño.

Asimismo, la investigación no se limita a la conceptualización teórica, sino que busca dejar un registro tangible del plan propuesto. Para ello, se desarrollará un cuadernillo de gestión urbana que documente las estrategias diseñadas, sirviendo como guía para la implementación de políticas públicas y futuras intervenciones en la frontera.

Finalmente, se fomentará la experimentación a pequeña escala mediante escenarios participativos, donde se evaluarán propuestas de microarquitecturas y dispositivos urbanos en el territorio. A través de estos ejercicios, se pondrá a prueba la viabilidad del plan Hafro3000 y se recogerán insumos para su ajuste y adaptación, asegurando que la transformación del borde fluvial responda tanto a las condiciones ambientales como a las dinámicas sociales del contexto.

El agua ha sido siempre un conector natural, pero en muchas ciudades se ha transformado en un límite en lugar de un espacio de encuentro. Este borde tiene el potencial de convertirse en un modelo de integración binacional, donde la movilidad, el espacio público y la sostenibilidad ambiental se articulen en torno al río. Más que construir infraestructuras, se trata de repensar la relación con el agua y sus dinámicas naturales. En un contexto global de fronteras cada vez más rígidas, transformar el río en un eje de cohesión y desarrollo, donde la cooperación y la adaptación sustituyan la fragmentación es la solución. Así, el agua recupera su verdadero papel como puente que une territorios y comunidades.-

El agua recuerda lo que las fronteras olvidan: el ir y venir de quienes habitan sus orillas, el murmullo de los mercados, el eco de los barcos que ya no llegan. En su cauce está la historia de dos ciudades que siempre fueron una – Frase elaborada por la alumna y adaptación libre inspirada en Marc Augé y Milton Santos