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El curso aborda cómo la velocidad, el volumen y la diversidad de información que generan nuestras sociedades pueden convertirse en materia prima indispensable para abordar y gestionar las ciudades.
Syllabus
La economista Carlota Pérez describe los procesos de cambio tecnológico como “grandes oleadas”, cada una de las cuales implica “cambios profundos en personas, organizaciones y habilidades, en una especie de huracán que rompe los hábitos”.
Pérez define las edades industriales en marcos temporales de aproximadamente cincuenta años, y cada uno de ellos se divide en cinco etapas:
Una primera etapa de crecimiento salvaje; una segunda de disrupción social; la tercera es un período severo de choque entre la edad actual y la anterior, al que Pérez llama “punto de inflexión: se trata de un período de profunda crisis económica, laboral y social; seguidamente, en cuarto lugar, un reajuste; y en quinto y último lugar, una amplia adopción.
Pérez describe las dos últimas fases como el filtrado del ‘sentido común’ hacia otros aspectos de la sociedad. Dice: “El nuevo paradigma eventualmente se convierte en el nuevo ?sentido común? generalizado, que gradualmente se encuentra integrado en la práctica social, la legislación y otros componentes del marco institucional, facilitando innovaciones compatibles y obstaculizando las incompatibles.?
Actualmente estamos viviendo el punto de inflexión de nuestra era industrial, el momento de su regulación para adaptarla al marco institucional del interés general. La nuestra es una era definida por tres tecnologías principales: la biomédica, la verde o ecoeficiente, y la digital. Las tres, La tecnología verde, la biomedicina, pero especialmente la tecnología digital, son atributos clave de las ciudades contemporáneas.
El mantenimiento y la mejora de la biodiversidad de nuestros territorios no se pueden entender ya como un mero objetivo, sino como atributos inalienables. El territorio, sus usos y sus aprovechamientos diluyen los límites que había establecido el planeamiento de la era industrial “fordista?, y plantean nuevos retos al legislador y a la ordenación. Las nuevas formas de organización de la sociedad y de las empresas impulsarán un dinamismo en el territorio que transformará la manera y velocidad en que se implementan sus usos. La monitorización continua de esos cambios debe ser introducida en una ordenación dinámica que permita adaptarse con velocidad a los mismos.
Los avances de la tecnología digital diluyen los límites entre la esfera virtual y la física. La “plataformización? de la economía requiere que el valor de la cohesión social deba abordarse tanto desde la perspectiva del residente temporal como desde la del permanente. Pero al mismo tiempo la velocidad, el volumen y la diversidad de información que generan nuestras sociedades se convierten en materia prima indispensable para abordar y gestionar este nuevo tiempo.