Desde mediados del siglo pasado, el flujo de intercambio y relación entre los arquitectos norteamericanos y europeos con los arquitectos latinoamericanos cambió, y ese vínculo al que Barry Bergdoll se refiere como un potente “triángulo de influencias”, comenzó a disolverse. Este giro no soló se debió a un re alineamiento político causado por los efectos de la Segunda Guerra Mundial, sino también a un cambio de protagonistas a ambos lados del Atlántico. La consecuencia fue un reacomodamiento de intereses, vertientes teóricas y formas de practica al norte y al sur. Hoy habitamos y convivimos con sus efectos.

Si bien el Tropicalismo y sus maneras de hacer espacio tuvieron una repercusión importantísima en la discusión de la arquitectura global hasta ese momento, –¡incluso incitando a Mies van der Rohe a diseñar edificios en Berlín con aleros para protegerse del sol! – en la posguerra está relación e influjos fueron cambiando casi hasta su desaparición. La idea general del Tropicalismo, aquella de construir
espacios generosos, “entre condiciones”, difíciles de controlar, pero abiertos a diferentes ocupaciones y usos sin perder su identidad espacial, se diluyó como base teórica e influencia global. Ya en los desarrollos estéticos y espaciales posteriores, esta manera de entender la arquitectura quedó confinada a un espacio residual para las prácticas contemporáneas, que optaron en gran medida por abrazar miradas y discursos mas fenomenológicos o posiciones que resaltan su compromiso social por encima de los debates disciplinares.

El objetivo de este curso es precisamente retomar el hilo justo allí donde quedó suelto y a partir de una estructura doble, de teoría y mirada a prácticas relevantes, retomar aquellas problemáticas revisándolas desde el presente. Tanto como revisión histórica, o como construcción crítico narrativa relevante a ciertos modos de práctica, esta mirada pretende hacer productivos nuevos recursos intelectuales, prácticos y teóricos para abordar problemas que son apremiantes. Esta instrumentalización de las ideas del Tropicalismo parece más que pertinente en relación a los debates contemporáneos sobre el rol del arquitecto y su manera de intervenir en diferentes territorios: desde lo urbano, lo rural, lo campestre, hasta lo salvaje. La polivalencia, la disolución entre los estratos de naturaleza y cultura, la performatividad de los espacios, el sentido de lo público, la mirada integradora de un concepto ecosistémico, son algunos de los temas específicos que se desprenden de estos análisis.