Principios para alejarnos de la relación antropocéntrica y extractiva con nuestro entorno

Costa Rica es reconocido internacionalmente por sus programas de conservación y compromiso con la sostenibilidad, con un total de 26% de su territorio preservado en parques nacionales y áreas protegidas, albergando territorios con una biodiversidad intensa. Existe sin embargo una dicotomía entre la conservación que se da en las zonas turísticas y naturales, con la realidad de sus ciudades, siendo deficiente en la implementación de estas prácticas en los entornos urbanos, que dan la espalda a la biodiversidad y se niega a buscar soluciones de adaptación al cambio climático que haga nuestras ciudades más resilientes.

Nos preguntamos entonces ¿Cómo reconstruimos esa relación simbiótica entre lo natural y lo construido? ¿Cómo mejorar la relación entre la ciudad y la naturaleza? ¿Qué herramientas se pueden generar que ayuden a situar esta conversación como prioridad país en ámbitos gubernamentales, ciudadanos y privados?

Con el fin de homologar las buenas prácticas, y buscar una mayor armonía y conciencia en nuestra relación con la naturaleza, es que se propone una guía que se pueda distribuir entre distintos actores de la ciudad, tales como funcionarios de gobierno central y municipal, desarrolladores así como ONG’s o colectivos que forman parte del desarrollo de las ciudades; con el fin de educar, profundizar, pero sobre todo, dar ejemplos prácticos, tanto de proyectos hipotéticos como de casos de estudio ya en práctica, que demuestren diferentes modos en que se puede cambiar la relación entre la ciudad y la naturaleza . Esta guía enmarca el problema al que nos enfrentamos, procura brindar un contexto histórico de la manera de hacer ciudad, explora nuestro modelo de ciudad, así como brinda un marco teórico de cómo enfrentarnos al problema a través de distintos lentes o principios que guíen nuestra práctica. Quisiera, además, que sea una provocación para ir más allá, y crear una relación en efecto simbiótica con la naturaleza, no solo servirnos de sus beneficios, sino devolverle una contribución.

Entendiendo la emergencia climática en que nos encontramos, y habiendo discutido el contexto de lo que creemos enmarca nuestra relación con la naturaleza, es imprescindible que adoptemos una visión más recíproca en nuestra relación con la misma.

Resulta importante que cuestionemos el posicionamiento del ser humano en la totalidad de la vida, y cuestionemos si efectivamente debemos auto percibirnos como superiores, o como seres que se sirven de su entorno para mejorar su vida, debemos dejar de vernos como la punta de la pirámide y evolucionar a una ocupar una posición más de igualdad con los seres con que compartimos el planeta, así como con la naturaleza misma.

Gráfico 1. Cambio de aproximación a la naturaleza. Elaboración propia

Naturaleza Recíproca

¿Qué es y cuáles son los beneficios esperados?

Tal como se ha explicado en toda la contextualización del problema, la meta es procurar ciudades que viven en armonía con la naturaleza, para lo cual, es necesario reconocer los procesos de los ecosistemas que forman parte de ellas.

Al hablar de un pensamiento, filosofía o “approach” que consideren a la naturaleza, surgen temas como: regulación de flujo de agua y mitigación de la escorrentía, tratamiento de aguas residuales, regulación climática, mitigación de temperaturas extremas, mitigación de ruido, mejoramiento de biodiversidad, establecimiento o mejoramiento de la vida silvestre en espacios urbanos, así como los procesos ecológicos asociados a la salud pública y la recreación

Como se puede ver en el diagrama a continuación, los beneficios potenciales son muchos, y probablemente serán mayores a los aquí mostrados, sin embargo, lo que tienen todos en común es que, al darle más espacio a la naturaleza para adaptarse, al buscar soluciones más locales con especies vegetales nativas de la zona, entre otros, nos veremos todos beneficiados de ciclos naturales más balanceados que le permitirá a la naturaleza ser más resiliente, y por lo tanto, a la ciudad y los seres que la habitamos.

Gráfico 2. Beneficios esperados. Elaboración propia

Aplicando este pensamiento sistémico, los espacios urbanos estarían entonces, mejor posicionados para luchar los efectos del cambio climático, y mejorar su resiliencia a futuros eventos.

Principios Rectores de Naturaleza Recíproca

Se propone entonces que al hacer Ciudad reinterpretemos juntos la Naturaleza, esta Naturaleza Recíproca que entendemos como una relación simbiótica en la que ambas partes nos beneficiamos.

Para esto, proponemos analizar las propuestas y proyectos, bajos los siguientes lentes:

Utilizando estos principios rectores, nos garantizaríamos una visión más recíproca y un planeamiento más consciente con su entorno.