Como entrega cuarta y final del proyecto Paisajes Anfibios se explicará más sobre la intervención y algunas reflexiones finales.
El área de estudio para este proyecto se ha tomado teniendo en cuenta que es una centralidad de Cartagena, y por las circunstancias de vulnerabilidad y deficiencias es también, uno de los sitios más críticos en la ciudad. Asimismo, como se había mencionado con anterioridad, es el punto donde suelo urbano se estrecha por la morfología del territorio, limitando con dos cuerpos de agua: Ciénaga de La Virgen y Las Quintas. Ello hace también que sea la única zona de la ciudad donde la porción de tierra, en ambos bordes, tenga varios canales de drenaje y que, por su extensión y disposición, puedan conectarse entre sí (sin que sea una unión estrictamente física).
Se identifican los elementos que conducen y albergan agua, a modo de red capilar, estos los canales de drenaje son la primera capa que se analiza y que posee la mayor relevancia dentro de la “infraestructura ecológica” (IE)[1]. Sucesivamente, como esta red se puede imbricar con otras infraestructuras, empezando por la reprogramación del edificio del mercado público, cuya localización e importancia en el imaginario urbano de la ciudad sirve de articulador del desarrollo del proyecto.
Las acciones para la transformación se establecen de acuerdo a magnitudes de intervención, que van de la mano a los impactos que generarán en el área. En el proyecto se definen 5 actos para propiciar los cambios que están guiados por la adaptación, conexión y valoración:
Corredor biocultural: como nueva conexión entre los dos bordes de las ciénagas, funcionará como un eje estructurante de las acciones que se sobrepongan en esta área del proyecto. La propuesta es que inicie sobre la Avenida del Lago que bordea la Ciénaga de Las Quintas, cuya conexión con el centro histórico de la ciudad, tanto por tierra como por agua, facilitaría una movilidad de turistas bajando la carga que actualmente tiene el recinto amurallado con el turismo. Este corredor atravesaría zonas adaptadas de los actuales canales de drenajes y tramos en tierra, también adecuados, propiciando otras formas de movilidad; hasta llegar al otro borde de agua: ciénaga de La Virgen, atravesando el canal de drenaje María Auxiliadora.
Zonas de transición del corredor: se designan estas áreas en donde termina el borde del cuerpo de agua y empieza el corredor biocultural. También funcionan como articulador del espacio público inundable que se distribuye por la trama paisajística del proyecto.
Franjas de transición: se establecen estos elementos como límites y distribuidores de los gradientes de porosidad del espacio público
Plazoletas inundables:
Serán escenarios de cambios temporales de acuerdo a las épocas climáticas del año. Estos lugares del espacio público sirven como contenedores y/o receptores del mayor porcentaje del agua que pueda caer por las precipitaciones, además que al subir el nivel de marea, tendrá los mecanismos naturales para poder recibirlas evitando que otras zonas habitables y de tránsito se inunden.
Por tener la posibilidad de cambiar durante el año, estos lugares podrán tener diferentes vocaciones: aspectos culturales que se ha mencionado anteriormente, pero lo más clave es la ayuda a la renaturalización del ecosistema de manglar. Combinar la infraestructura funcional con cultivos que a lo largo del tiempo vayan saneando los cuerpos de agua y, posteriormente, sean aprovechables.
Nodos o infraestructuras de articulación:
Estos son los proyectos puntuales que, de acuerdo a lo propuesto, serán detonantes en la transformación urbana. Ellos también articularán los nuevos usos y cambios en la forma de intervenir este territorio.
Este trabajo es una primera aproximación a proyectos de planeación y diseño urbano para la ciudad de Cartagena en las diferentes zonas que tienen unas áreas prolongadas de riesgos por inundación, que también tienen asentamientos informales y que desbordan con problemáticas multidimensionales. Son espacios del suelo urbano que, desde lo normativo, ha habido una falta de comprensión de la realidad territorial, por tanto, el Plan de Ordenamiento Territorial indica que muchas de estas áreas no pueden ser desarrolladas por su vulnerabilidad, sin embargo, existen entre 36mil y 40mil familias viviendo. Moverlas hacia otra zona de la ciudad tiene unas implicaciones altísimas de todo tipo, hasta imposibles, para tanto el Estado como para desarrolladores inmobiliarios tradicionales.
Por lo anterior, cambiar ese paradigma del desarrollo urbano en áreas de riegos medios y altos de inundaciones es clave. Marcar lineamientos para adaptar esta condición que impacta los diferentes escenarios de la vida cotidiana de los ciudadanos de Cartagena, buscando mejorar el bienestar y la valoración del recurso hídrico. También que haya una mirada transversal a que este paisaje cambiante, le de una variabilidad a los espacios públicos, los equipamientos y permita promover nuevas oportunidades en el desarrollo económico para parte de la población.
Este proyecto se enfocó en una zona muy acotada de la ciudad, como se expuso en capítulos anteriores, la porción más estrecha del territorio construido y que tiene uno de los mayores potenciales de transformación urbana como forma de adaptación a las circunstancias medioambientales y al efecto del cambio climático. Durante el análisis de las condiciones del territorio y los diferentes fenómenos urbanos que se dan en el, se descubrieron unas convergencias en la dinámica urbana dándole mayor argumento a la elección de la zona de estudios, algunos de estos son: los déficits cualitativos y cuantitativos de vivienda, la necesidad de proximidad a un sistema de transporte público, los desplazamientos de las personas que trabajan en el mercado cuya vivienda se encuentra en las áreas de mayor riesgo por inundación, entre otras.
Los cambios de escala ayudaron a la revisión de otros factores que inciden sobre el territorio y que, de alguna manera, no son tan notorios en escalas menores o muy focalizadas. Por esta razón buscar una conexión entre un borde y otro, tomó relevancia y se convirtió en un eje estructural para el proyecto. Desde este elemento con diferentes cualidades, se ramifica y desenvuelve las acciones que apuntan a los objetivos del proyecto.
[1] Infraestructura Ecológica (IE). Se define como la trama estructural paisajística compuesta por los elementos paisajísticos críticos y los patrones espaciales. YU, Kongjian. “La revolución del pie grande”, en Urbanismo Ecológico, 2014.