Diseñar con riesgo y resiliencia rompe nuestro sentido del orden y nuestras estructuras habituales de ver y entender el mundo. Adoptar esta óptica exige aceptar la incertidumbre, ceder el control, integrar el diseño con el no-diseño y estar abierto a múltiples escenarios deseables. Exige un agudo sentido de la observación, reconocer que la arquitectura es coproducida y que, de este modo, podemos decidir mejor dónde y cuándo diseñar o retirarnos. También requiere un enfoque multiescalar, espacial y temporal, que nos acerque a las herramientas cartográficas y los recursos de visualización y representación. Dichas herramientas y recursos son la base para la comprensión integral de los sistemas urbano-ambientales complejos y el primer paso para poder intervenirlos en un sentido sostenible y resiliente. Puesto que la resiliencia es una capacidad, ni buena ni mala, requiere claridad de objetivos y para quién construimos resiliencia. A través del lente de la resiliencia se puede contribuir a ciudades más justos social y ambientalmente para colectividades humanas y no humanas vulnerables. Para ello se requiere de coordinación y mediación entre necesidades, aspiraciones y visiones distintas y en ocasiones contrapuestas. Este curso se centrará en el uso de los conceptos de riesgo y resiliencia, tomados de las ciencias ecológicas y sociales, como lentes a través de las cuales repensar el diseño, incitando a la reflexión sobre nuestro papel como diseñadores del entorno urbano y el impacto que nuestro trabajo puede tener en la configuración de un futuro deseable.