El inminente fin de todo proceso extractivo plantea interrogantes sobre el futuro incier­to del territorio socio-urbano en el cual se ha emplazado o que ha generado. Por lo general, las operaciones mineras están intrínsecamente ligadas a la degradación y desterritorialización de los sistemas naturales, así como a la viola­ción de los derechos a la salud y la vida digna. Cerro de Pasco, capital minera del Perú, presenta todas las consecuencias de una actividad extrac­tivista desmesurada en relación con las altera­ciones del territorio, la contaminación ambiental y la fragmentación urbana generadas a partir de la creación del tajo abierto Raúl Rojas en 1956.

Vista panorámica del tajo abierto Raúl Rojas. Tomas Van Houtryve

CIUDADES MINERAS

La minería, como actividad humana, ha sido fundamental para el desarrollo de civilizaciones a lo largo de la historia, constituyendo una de las primeras formas de explotación de recursos naturales. Desde la Antigüedad hasta la era contemporánea, la extracción de minerales ha impulsado el crecimiento económico y ha sido un motor de innovación tecnológica. En la actualidad, la minería no solo desempeña un papel crucial en la economía global, sino que también tiene profundas implicaciones sociales, políticas y ambientales, especialmente en regiones del mundo ricas en recursos, como América Latina, África y partes de Asia.

A medida que la demanda de recursos minerales ha aumentado, impulsada por el crecimiento de la población y el desarrollo de nuevas tecnologías, la minería se ha transformado en una actividad globalizada. Las potencias económicas del siglo XXI, lideradas por países como China, han redibujado las dinámicas de extracción y comercio, generando un sistema interconectado en el que los recursos minerales fluyen desde las regiones más pobres hacia los centros de poder económico en el Norte Global. Este fenómeno ha llevado a la creación de un “sistema de mina planetaria”, como lo describe el académico Martín Arboleda, donde la explotación de recursos naturales se entrelaza con procesos de industrialización tardía y logística avanzada.

La minería en Sudamérica, desde sus inicios, estuvo centrada en la extracción de metales preciosos como el oro y la plata. Potosí, por ejemplo, fue en su apogeo la mayor fuente de plata del mundo, y Cerro de Pasco se destacó como un centro minero crucial en la región andina. Estas ciudades mineras se desarrollaron rápidamente alrededor de los yacimientos, creando comunidades que dependían casi exclusivamente de la actividad extractiva. En ese entonces, las tecnologías de extracción eran rudimentarias, y las ciudades surgían espontáneamente como campamentos mineros que, con el tiempo, se transformaban en asentamientos permanentes. Sin embargo, la falta de planificación y las prácticas mineras destructivas provocaron graves impactos ambientales y sociales, que aún persisten.

CONTEXTO GEOGRÁFICO Y CLIMÁTICO

Cerro de Pasco, la capital minera del Perú, se encuentra al noreste de Lima, la capital del Perú. La ciudad, con 58 899 habitantes (INEI, 2018), está asentada sobre un altiplano montañoso, rodeado de formaciones rocosas antiquísimas. Este entorno es característico de la cordillera de los Andes, donde la topografía accidentada y las condiciones extremas han dictado el patrón de asentamiento humano.

La compleja geografía y geología de Cerro de Pasco ha dado lugar a una ciudad con un trazado desordenado, caracterizado por calles estrechas y zigzagueantes, con pendientes pronunciadas tanto en ascenso como en descenso.

Pertenece al Departamento de Pasco y es capital de la Provincia de Pasco, la cual está compuesta por 13 distritos, de los cuales solo tres forman parte de la Ciudad de Cerro de Pasco: Chaupimarca, Yanacancha y Simón Bolívar. Estos distritos convergen en la parte central de la ciudad, precisamente en el área que actualmente ocupa el Tajo Abierto Raúl Rojas.
Cada distrito ha adoptado un rol específico dentro de la ciudad, influenciado por su ubicación geográfica. Chaupimarca, conocido como el barrio histórico, es el núcleo del comercio y alberga hitos importantes de la ciudad. Yanacancha, situado al norte, es considerado el distrito “moderno” y administrativo, donde se han establecido instituciones públicas y privadas, así como centros educativos, de salud y recreación. Finalmente, Simón Bolívar, ubicado al oeste, es predominantemente un barrio obrero con campamentos mineros. Debido a su proximidad a las instalaciones industriales, este distrito es el más expuesto y vulnerable a la contaminación ambiental.

Ubicación de Cerro de Pasco. Elaboración propia

Ubicada en el corazón de los Andes Centrales del Perú, la ciudad de Cerro de Pasco es una de las urbes más elevadas del mundo, asentada a una altitud promedio de 4,380 metros sobre el nivel del mar. Este entorno geográfico extremo no solo ha moldeado la historia y el desarrollo urbano de la ciudad, sino que también ha impuesto desafíos únicos en términos de planificación y habitabilidad.

La alta altitud también provoca una baja presión atmosférica y una reducción significativa en la cantidad de oxígeno disponible, lo que afecta tanto a los residentes como a los visitantes (Monge, 1948). Esta condición, conocida como hipoxia, ha obligado a la población local a adaptarse fisiológicamente a lo largo de generaciones.

La vida en Cerro de Pasco, marcada por su entorno áspero y desafiante, ha forjado una identidad distintiva entre sus habitantes, encapsulada en la frase: “Cerro de Pasco, tierra de machos y no de muchos”. En tiempos pasados, los viajeros codiciosos en busca de minerales eran bien conscientes de que no todos los que se aventuraban en estas tierras regresaban con vida o fortuna.

Corte vertical del camino de Lima a Cerro de Pasco. Paz Soldán

Según Ryn (1979, p. 85), “La vida en el ambiente de alta montaña, exige adaptarse a dos factores más importantes: baja presión atmosférica y baja temperatura.”

Debido a su ubicación en la región natural de la Puna se infiere que su clima es extremadamente frío. La ciudad experimenta un clima de tundra alpina, caracterizado por bajas temperaturas durante todo el año, “La temperatura máxima promedio es de 12.4 ºC mientras que la mínima promedio es de 0.6 ºC” (Vega Centeno, 2007 a, p. 7). En general, en ciudades como Cerro de Pasco, no se experimentan las cuatro estaciones del año típicas de climas templados. En cambio, el clima se caracteriza por dos períodos principales: la época de lluvias y la época seca, correspondientes a lo que se podría describir como verano e invierno, respectivamente. La precipitación anual en Cerro de Pasco es moderada, con un promedio de 1,200 a 1,500 milímetros, concentrada principalmente entre los meses de octubre a abril (Meteoblue, 2023).

Por otro lado, la ciudad está geográficamente resguardada de los vientos predominantes gracias a la protección natural ofrecida por los cerros circundantes y su geografía hundida. Sin embargo, el sector suroeste de la ciudad es el más expuesto a los vientos. Por lo tanto, los vientos que afectan con mayor frecuencia a la ciudad son aquellos que soplan en dirección noreste.

Cerro de Pasco, con su altitud extrema, clima riguroso y geografía desafiante, representa un caso único en el estudio de la arquitectura y el urbanismo. Es por ello que comprender su contexto geográfico y climático es esencial para abordar los desafíos que enfrenta la ciudad en términos de habitabilidad, sostenibilidad y desarrollo urbano.

Condiciones climáticas de Cerro de Pasco. Weather Spark

PUEBLO MÁRTIR

  • CAMPAMENTO MINERO

Como ocurre con muchas ciudades mineras, en sus primeros tiempos, Cerro de Pasco era simplemente un modesto campamento que solo atraía a los viajeros más audaces en busca de fortuna. No obstante, su historia se remonta a más de 400 años, y se resume en la siguiente leyenda:

“Un indio llamado Huaricapcha, apacentando su rebaño por aquellos collados, se vio precisado a entrar en una caverna y con el fin de abrigarse, encendió una gran hoguera, y quedó muy sorprendido al amanecer cuando vio entre las cenizas, unos gramos de plata fundida. Contra la costumbre de su nación, participó de esta novedad a don Joseph de Ugarte, hacendado de la quebrada de Huariaca quien pasó a reconocero el Cerro; y en el mismo paraje en el que el fuego había derretido los metales, abrió diversas bocaminas, y las que fue explotando con la mayor feicidad y abundancia . (Perez, 1996, p. 25)

Este fue el momento en que ese territorio virgen comenzó a ser explotado en la búsqueda de plata. La noticia se expandió rápidamente entre otros hacendados, quienes acudieron a la zona y se establecieron con el mismo propósito. Las prácticas de extracción de la época eran rudimentarias; sin embargo, la población local ideó métodos para explotar los recursos a través de sovacones, lo que frecuentemente resultaba en accidentes laborales fatales que cobraban la vida de varios trabajadores.

Plano urbano de Cerro de Pasco 1862. Elaboración propia
  • LA COSMOPÓLITA

Hacia mediados de la década 1890-1899, la minería en el Perú era desarrollada por un número elevado de pequeños empresarios nacionales e inmigrantes que extraían fundamentalmente metales preciosos. Fueron ellos los que primero impulsaron la producción cuprífera en Cerro de Pasco. (OSINERGMIN, 2017, p. 124)

Los hacendados, que en un tiempo poseían vastas extensiones de tierra, comenzaron a subdividir sus propiedades y a venderlas a foráneos. Como resultado, la ciudad experimentó un influjo de inmigrantes, principalmente europeos con un considerable poder económico, quienes adquirieron grandes porciones de terreno, incluyendo minas. Esta nueva subdivisión en retículas permitió una extracción minera a mayor escala, ya que la gestión de cada sector se volvió más específica y eficiente.

Cerro de Pasco se convirtió en una de las ciudades más importantes del Perú en esa época, llegando a ser la principal centralidad urbana en la zona central de los Andes. Aunque la actividad predominante en Cerro de Pasco era la minería, este hecho impulsó a los pueblos cercanos a asumir el rol de abastecedores, proporcionando los elementos complementarios necesarios para la vida en la ciudad, tales como ropa, alimentos y servicios.
Así, Cerro de Pasco se transformó en un núcleo comercial al que acudían comerciantes para ofrecer sus productos y servicios, lo que llevó al surgimiento de múltiples pueblos alrededor de la ciudad, muchos de los cuales han evolucionado hasta convertirse en ciudades en la actualidad. La ciudad experimentaba un enriquecedor intercambio cultural entre los campesinos locales y los europeos. Este mestizaje se reflejaba claramente en las canciones, los carnavales y la gastronomía, donde convergían las tradiciones y costumbres de ambos grupos.

Plano urbano de Cerro de Pasco 1956. Elaboración propia
  • TAJO ABIERTO

Para mediados del siglo XX, el capital estadounidense ya controlaba todas las minas subterráneas de la ciudad. Aunque las reservas de cobre y plata estaban agotándose, el contexto global impulsó la demanda de plomo y zinc. Cerro de Pasco tenía mucho más que ofrecer que solo cobre y plata; cuando parecía que la industria minera llegaría a su fin, se descubrieron vetas de plomo y zinc en las zonas más profundas de los socavones. Este descubrimiento llevó a los inversionistas estadounidenses a reflexionar sobre la manera más eficiente y segura de extraer estos minerales, garantizando mayores ganancias con menos esfuerzo humano. Nuevas investigaciones y avances tecnológicos impulsaron la adopción de un nuevo método de extracción: el tajo abierto.

Asimismo, en 1956 la empresa inició la explotación del tajo abierto de Cerro de Pasco, que iba a revolucionar la forma de explotación minera en el país. En efecto, se trataba del primer tajo abierto, pues hasta entonces, toda la minería peruana había sido de socavón. (OSINERGMIN, 2017, p. 130) Este proyecto, además de representar una gran obra de ingeniería para su época, también marcó el traslado de Chaupimarca hacia el sector norte de la ciudad, con el fin de continuar con su destrucción e iniciar el tajo abierto. Este proceso resultó en la demolición de la Plaza de Armas de la ciudad y varios barrios históricos que albergaban grandes casonas con un importante valor patrimonial. A medida que se excavaba para alcanzar mayores profundidades, toda la tierra removida se acumulaba en los nuevos cerros artificiales de la ciudad, conocidos como desmontes mineros

Plano urbano de Cerro de Pasco 2022. Elaboración propia

NIÑOS DE PLOMO

Cerro de Pasco, una de las ciudades más altas del mundo, no solo es reconocida por su altitud, sino también por ser uno de los lugares más contaminados a nivel global. Esta lamentable distinción se debe, en gran parte, a la intensa actividad minera que ha caracterizado a la región durante más de cuatro siglos. La explotación incontrolada de los recursos minerales ha dejado una huella indeleble en el ecosistema local, contaminando el aire, el agua y el suelo con metales pesados como el plomo, el cadmio y el mercurio. Este legado de contaminación ha generado un entorno peligroso para la salud, especialmente para los niños, que son los más vulnerables a los efectos tóxicos de estos metales.

Los impactos en la salud pública son devastadores. Numerosos estudios y reportajes han puesto de relieve la grave situación de los “niños del plomo,” una generación marcada por altos niveles de plomo en la sangre, lo que puede llevar a problemas neurológicos, cognitivos y físicos que afectarán su calidad de vida de por vida. Esta realidad no es un secreto; ha sido documentada y denunciada en múltiples ocasiones, provocando una serie de manifestaciones y protestas tanto en Cerro de Pasco como en Lima. Los habitantes de la ciudad han levantado su voz en un intento desesperado por atraer la atención de las autoridades nacionales y exigir una solución definitiva a esta crisis.

Para explicar de mejor manera el nivel de contaminación de la ciudad, nos apoyamos del estudio realizado por la ONG italiana Source International denominado “Condiciones de la Calidad Ambiental y exposicion humana a metales pesados en Cerro de Pasco”. Su estudio se enfoco en tres temáticas: agua, suelo y aire; para ello analizaron la calidad de estos elementos en diversas partes de la ciudad y en Carhuamayo, ciudad a 45 km de distancia y casi 55 minutoso en auto, para comparar la vulnerabilidad de la población. Según el Centro Labor, el estudio de Source International afirmó que el agua de la laguna Quiulacocha presentó un pH de 2.4 y CE de 21380 µS/ cm, por lo que son aguas muy ácidas y con un elevado contenido de minerales disueltos, producto de la meteorización de los relaves. Los análisis mostraron tener además más de 275 veces el nivel de cadmio, 63 veces el de arsénico y 34 veces el nivel de mercurio, establecidos en los ECA para la conservación del ambiente acuático en lagos (2020, p. 52). En la actualidad, esta laguna, que a simple vista exhibe un intenso color rojo, no muestra indicios de ser capaz de sustentar ningún tipo de vida.

Cartel denunciando la contaminación en Cerro de Pasco. Contaminadas por la minería

CIRCUITO DE CONTAMINACIÓN AMBIENTAL

Una de las finalidades de los estudios realizados por la ONG Source International fue definir el Modelo Conceptual del Sitio (MCS) que consiste en identificar posibles conexiones entre fuentes de contaminación, rutas de exposición y receptores, incluyendo las fuentes primarias y secundarias, los mecanismos de liberación y transporte de contaminantes, y los receptores críticos, como los niños. Van Green et al. (2012) concluyó que la alta concentración de plomo en la sangre de los niños en Cerro de Pasco sugiere que la principal vía de exposición al plomo en los niños es la ingestión de tierra y polvo del suelo.

Esto está directamente relacionado con los espacios que los niños suelen frecuentar, como áreas de juegos, plazas y parques, contaminados por la erosión del suelo. Ya sea debido a la proximidad de estas zonas o la falta de una contención adecuada contra la erosión, los vientos frecuentes transportan fácilmente partículas de metales pesados desde los desmontes mineros y el tajo abierto hacia la ciudad y su población. Esto en complemento con el estudio de Source International que ha demostrado la presencia de metales tóxicos como el plomo, el mercurio, el cadmio, y el arsénico, en muestras de suelo de Cerro de Pasco, en concentraciones superiores a los valores de fondo y a los estándares nacionales e internacionales; particularmente en suelos urbanos de la ciudad, (Asociación Civil Centro de Cultura Popular Labor, 2020, p. 97), reafirman las bases del Modelo Conceptual del Sitio.

Como se muestra en la figura inferior, las fuentes principales de contaminación son los suelos expuestos, como botaderos, relaveras y el tajo abierto. Estos suelos liberan contaminantes a través de la erosión causada por el viento y el arrastre por escorrentías de lluvia, lo que lleva a la contaminación secundaria del aire, quebradas y suelos agrícolas. Posteriormente, los contaminantes se dispersan mediante la deposición de partículas en suelos urbanos, la absorción por vegetación y el consumo de plantas contaminadas, así como el arrastre fluvial hacia ríos, lagunas y aguas subterráneas.

Circuito de contaminación ambiental. Source International

APROXIMACIONES AL URBANISMO PRÓXIMO

Toda industria extractiva experimenta un periodo de auge, pero inevitablemente también enfrenta un final, generalmente por dos razones: o bien el mineral extraído pierde relevancia en el mercado global, lo que lleva al cese de las operaciones en búsqueda de alternativas, o bien el recurso se agota, dado que, al ser finito, llega un momento en que se termina.

En el marco legal peruano existe la Ley General del Ambiente (Ley No. 28611), modificada mediante el Decreto Legislativo No. 1055 y Ley No. 29263, la cual decreta que los titulares de todas las actividades económicas garantizan mediante estos planes que al cierre de las actividades o instalaciones no subsistirán impactos ambientales negativos de carácter significativo, debiendo considerar tal aspecto al diseñar y aplicar los instrumentos de gestión ambiental que les correspondan de conformidad con el marco legal vigente. (Perú, 2005, art. 27)

El problema no radica en la falta de legislación que obligue a las empresas extractivas a considerar el futuro de los espacios intervenidos, ni en la realización de estudios y propuestas de planes de cierre por parte de estas empresas. Más bien, el problema principal se origina en la capacidad de las autoridades responsables de evaluar y aprobar estos planes. Aunque están encargadas de esta tarea, a menudo carecen de los recursos y criterios necesarios para asegurar que los planes de cierre sean realmente integrales y beneficiosos para la población y el medio ambiente a largo plazo.

Las actividades posteriores al cierre de la mina deben definirse en un Plan de Cierre, que se basa en varios criterios esenciales: desmantelamiento y demolición de infraestructuras; estabilización física, geoquímica e hidrológica del terreno; revegetación y rehabilitación de hábitats acuáticos; así como la implementación de programas sociales y el seguimiento post-cierre para asegurar la sostenibilidad ambiental y social de la zona afectada. (MINAM, 2019) La duración de un plan de cierre de mina puede variar considerablemente dependiendo de varios factores, como el tamaño de la mina, el tipo de mineral extraído, las condiciones ambientales y los requisitos legales del país. Sin embargo, en términos generales, un plan de cierre de mina puede durar entre 5 y 30 años.

El desarrollo de un Plan de Cierre es un proceso crítico en la gestión de las operaciones mineras, ya que aborda tanto la finalización de la actividad extractiva como la restauración del entorno afectado. Según el Reporte de Sostenibilidad 2019 de Vólcan Compañía Minera (2020), se indica que el personal de la Empresa Administradora Cerro Sac, responsable de la Unidad Minera Cerro de Pasco, era de tan solo 251 personas, compuestas por hombres y mujeres, al cierre de ese año. Esta cifra resalta una significativa reducción en la mano de obra, lo que podría sugerir que la actividad minera se encuentra en una etapa de declive.
Asimismo, el Plan de Cierre de la unidad minera, conforme a la Resolución Directoral N° 187 – 2019-MINEM-DGAAM, tiene como horizonte temporal el período aproximado de 2040 a 2045. Esta información nos permite inferir que el cese de actividades es inminente, lo que plantea la necesidad urgente de planificar el futuro de la región de Cerro de Pasco.

La implementación de este plan de cierre ofrece una oportunidad invaluable para explorar futuros alternativos para la ciudad. Es esencial que la remediación no se entienda simplemente como un maquillaje urbano o paisajístico, donde se añaden elementos de cobertura y vegetación típica sin un enfoque real en la transformación. En cambio, se debe buscar una propuesta integral que no solo contemple la remediación, sino que también aspire a la creación de un nuevo territorio.
Este nuevo territorio debería estar diseñado para transformar el imaginario y la percepción social tanto de la población local como de los visitantes. La clave radica en aprender de la historia y el pasado de Cerro de Pasco, utilizando esa comprensión para proyectar un futuro sostenible. Este futuro debe centrarse en mejorar la calidad de vida de los habitantes, promoviendo el desarrollo económico, social y ambiental en un entorno que favorezca la resiliencia y la regeneración.
En resumen, el Plan de Cierre de la Unidad Minera Cerro de Pasco no es solo un requisito regulatorio; es una oportunidad para reinventar la ciudad y sus alrededores, impulsando un legado positivo que beneficie a las futuras generaciones.

Huella de futuros espacios abandonados. Elaboración propia

DE CIUDAD MINERA A TERRITORIO RESILIENTE

  • RECONSTITUCIÓN DE LA OBSOLESCENCIA URBANA

Cerro de Pasco es una de las ciudades que ha experimentado más transformaciones en su dinámica urbana a lo largo del tiempo, atravesando diversos momentos históricos, poblaciones, actividades y culturas. Su sostenimiento económico, desde sus inicios hasta hace aproximadamente 15 años, ha estado fuertemente vinculado a la industria minera. La vida en la ciudad se vivía día a día, sin considerar el futuro, con la única preocupación de extraer la mayor cantidad posible de recursos minerales mientras estuvieran disponibles. La consciencia de la naturaleza transitoria y efímera del espacio llevó a la falta de reflexión sobre el futuro de aquellos para quienes este lugar no era solo un territorio de extracción, sino su hogar, donde nacían, vivían y morían.

Según Lynch y Southworth (2005), para los planificadores es tan importante ayudar a que los lugares decaigan o incluso mueran con dignidad como lo es promover su crecimiento y desarrollo. Insistir en que una ciudad siga existiendo cuando su ecosistema ya no es adecuado para habitarla no es la mejor solución. A menudo, esta decisión política se toma por miedo al cambio, a lo nuevo o a lo desconocido. Sin embargo, el proceso de abandono implica transformación y adaptación. Si no se exploran nuevas posibilidades, nunca se sabrá lo que podría haberse logrado, y se continuará en una zona de confort que solo ofrece soluciones a corto plazo.


La tesis contempla el traslado de la población como punto de partida; y abraza el concepto de “abandono” de “obsolescencia” reconceptualizándolo y entendiéndolo no como algo que queda olvidado, sino más bien en el sentido de una reconstitución de un cambio que busca tener la capacidad de controlar el “abandono” y generar “un nuevo imaginario” a través de esta “pérdida”.

En este contexto, la pregunta de investigación que surge es: ¿Cómo se “abandona” una ciudad para transformarla en un territorio resiliente ante la obsolescencia urbana y lograr un nuevo imaginario social con nuevas dinámicas? Frente a la inevitable obsolescencia de Cerro de Pasco, es fundamental reflexionar sobre el futuro de los elementos industriales que quedarán abandonados. En este contexto, el tajo abierto Raúl Rojas se presenta como un hito monumental en la ciudad, así como la principal fuente de contaminación. Este espacio es imposible de ignorar, ya que, a pesar de que actualmente se encuentra aislado y se ha intentado ocultar mediante un muro perimetral, se ha convertido en un vacío urbano que está desconectado del tejido urbano circundante. Sin embargo, este tajo posee un potencial significativo para transformarse en el nuevo catalizador del territorio

Cerro de Pasco – Mapping an amorphous city. Boris Lefevre
  • ESTRATEGIAS TERRITORIALES: ABANDONAR PARA REACTIVAR

Después de considerar que la premisa fundamental del proyecto es priorizar la salud de la población, y reconociendo que esto implica el traslado de la ciudad debido a la alta contaminación y la insostenible habitabilidad en el área actual de Cerro de Pasco, se propone seguir los lineamientos establecidos en estudios previos de casos como Fukushima y Chernobyl.

En primer lugar, se ha identificado un terreno a 30 kilómetros de distancia, que presenta condiciones medioambientales significativamente mejores para la habitabilidad. Este nuevo sector está a solo 45 minutos de la antigua ciudad, lo que facilita el desplazamiento diario del personal necesario para llevar a cabo los proyectos de remediación y estabilización del territorio de Cerro de Pasco.

Se ha seleccionado Carhuamayo como el lugar más adecuado para el nuevo asentamiento, pues se fundamenta en varios factores clave: el acceso rápido a través de una vía nacional casi recta, la similitud en las condiciones climáticas con las de la zona actual, y la proximidad a la laguna Chinchaycocha, que ofrece un gran potencial para el desarrollo de nuevas actividades económicas.

Además, Ninacaca está situado en la carretera central, lo que facilita la logística y distribución de los productos generados en la nueva ubicación. La zona seleccionada para el nuevo asentamiento ofrece una serie de ventajas significativas tanto en términos de desarrollo económico como de condiciones medioambientales. A diferencia del actual Cerro de Pasco, que se enfrenta a graves problemas de contaminación y deterioro ambiental debido a la actividad minera, esta nueva ubicación promete un entorno mucho más saludable y prometedor para la población reubicada.

Análisis comparativo entre niños de Paragsha y Carhuamayo. Source International
  • TERRITORIO CERRO DE PASCO

Cerro de Pasco, una de las ciudades mineras más emblemáticas de Sudamérica, enfrenta un futuro incierto. A medida que la actividad minera que ha definido su existencia durante siglos comienza a declinar, surge una pregunta fundamental: ¿cómo se abandona una ciudad minera? ¿Debe simplemente ser dejada atrás, condenada a convertirse en un testimonio fantasmagórico de su pasado glorioso, o es posible reactivarla con nuevos propósitos y programas que le den una segunda vida?

El abandono paulatino de Cerro de Pasco es una realidad inevitable. La extracción de minerales que ha sostenido a la ciudad ha generado un entorno profundamente contaminado, donde los riesgos para la salud, especialmente para los niños expuestos a metales pesados, son alarmantes. Sin embargo, el abandono no tiene que significar olvido. Cerro de Pasco podría transformarse en un territorio de tránsito, un lugar no para vivir permanentemente, sino para ser vivido, experimentado y explorado de nuevas maneras.

Una propuesta radical podría ser la conversión de Cerro de Pasco en un sitio de interés turístico y científico. Este enfoque permitiría la implementación de programas temporales que atraerían a visitantes y estudiosos por horas, días o semanas, sin exigirles una residencia permanente. Este enfoque respeta la realidad del territorio mientras abre la puerta a nuevas formas de interacción con el espacio.Los antiguos paisajes mineros podrían ser reimaginados como escenarios para la observación de la naturaleza, donde flora y fauna indeterminadas comiencen a invadir y reclamar el espacio, restaurando lentamente el equilibrio ecológico.

En esta nueva etapa, Cerro de Pasco podría volver a sus raíces cosmopolitas, recordando los tiempos en que pequeñas minas y un diverso crisol de culturas se mezclaban en su territorio. Esta ciudad podría convertirse en un laboratorio viviente, un lugar donde la historia, la ciencia y la naturaleza se entrelacen para ofrecer una experiencia única y educativa.
El futuro de Cerro de Pasco, entonces, no tiene que estar marcado por la desolación. Con una planificación cuidadosa y una visión innovadora, podría transformarse en un espacio que, aunque no habitable en el sentido tradicional, continúe siendo relevante, ofreciendo nuevas oportunidades para el conocimiento, el turismo y la conservación. La ciudad puede abandonar su pasado minero, pero no tiene por qué ser abandonada por completo. Puede renacer con una nueva identidad, donde su legado se convierta en una fuente de aprendizaje y admiración, en lugar de un recordatorio de decadencia y deterioro.

Esquema conceptual del nuevo territorio de Cerro de Pasco. Manuel Gausa

CAPAS DE INTERVENCIÓN

La transformación de un territorio a gran escala, como es el caso de Cerro de Pasco, requiere un enfoque integral que contemple diversas dimensiones del desarrollo. Para abordar esta complejidad, se propone establecer diferentes capas de intervención: social, urbana, ecológica, hídrica y económica. Cada una de estas capas busca no solo atender problemáticas específicas, sino también interrelacionarse para ofrecer soluciones coherentes y sostenibles que promuevan un renacer integral del territorio. La consulta con especialistas de cada rama ha sido fundamental para desarrollar una propuesta interdisciplinaria, que permita definir líneas de acción claras y específicas para cada área de intervención.

La capa social se centra en la concientización y preparación de la población para los futuros cambios. Este proceso es crucial para empoderar a los ciudadanos, dotándolos de las herramientas necesarias para luchar por una vida digna, algo que la industria minera nunca les ofreció. A través de talleres, capacitaciones y actividades comunitarias, se busca fomentar un sentido de pertenencia y responsabilidad en la población, ayudándoles a visualizar y participar activamente en el proceso de transformación del territorio.

La capa urbana transforma la concepción de la ciudad en un territorio dinámico, centrado en la planificación de trazos urbanos que permitan una zonificación adecuada, así como la identificación de flujos y nodos que actúen como nuevos centros de congregación. Este enfoque promueve la creación de espacios públicos y áreas de encuentro que no solo facilitan la convivencia, sino que también impulsan un desarrollo armónico y funcional del territorio.

La capa ecológica tiene como objetivo habilitar un ecosistema saludable mediante la implementación de estrategias tanto pasivas como modernas. Esto incluye la rehabilitación de espacios degradados, la reforestación y la creación de áreas verdes, con el fin de reducir la exposición de la población a contaminantes, especialmente metales pesados. Al restaurar el equilibrio ecológico, se busca fomentar un entorno más saludable que contribuya al bienestar de los habitantes.

La capa hídrica es esencial para recuperar y gestionar el sistema de agua en Cerro de Pasco. Actualmente, muchos habitantes no tienen acceso a agua potable las 24 horas del día, lo que resalta la urgencia de implementar sistemas de captación, remediación, almacenamiento y distribución del agua. Esta capa busca asegurar un suministro hídrico adecuado y sostenible, beneficiando a toda la población y mejorando así la calidad de vida.

Por último, la capa económica pretende generar nuevas actividades que hagan del espacio un entorno autosostenible. Esto va de la mano con el desarrollo del turismo en el territorio, promoviendo iniciativas que no solo generen ingresos, sino que también valoren la cultura y el patrimonio local. Se busca diversificar la economía, ofreciendo a la población alternativas laborales que contribuyan a su bienestar.

El enfoque de capas de intervención en el proyecto de transformación de Cerro de Pasco es fundamental para abordar de manera integral las múltiples dimensiones del territorio. Cada capa no solo responde a necesidades específicas, sino que también se complementa con las demás, creando un sistema interconectado que facilita la revitalización del área. La participación activa de la comunidad y la consulta con especialistas aseguran que las propuestas sean viables y pertinentes. Al implementar estas capas, se busca no solo mejorar la calidad de vida de los habitantes, sino también construir un futuro sostenible y resiliente para Cerro de Pasco, un territorio que, tras años de explotación minera, merece una nueva oportunidad para florecer.

Diagrama conceptual de capas de intervención. Elaboración propia

ETAPAS DE IMPLEMENTACIÓN

La implementación del proyecto para la transformación de Cerro de Pasco se articula en cuatro etapas críticas, cada una con un enfoque específico y un marco temporal definido que abarca desde 2025 hasta 2065. Estas etapas no siguen un desarrollo lineal, sino que se entrelazan de manera orgánica, permitiendo que diferentes capas de intervención se superpongan y evolucionen simultáneamente a medida que avanza el proceso.


La primera etapa, “Acondicionamiento” (2025-2040), se dedicará a los trabajos preparatorios para el cierre de las industrias mineras. Esto incluye estudios exhaustivos del terreno y la rehabilitación de espacios degradados para restablecer un entorno saludable y seguro para la población. Se llevarán a cabo actividades de sensibilización comunitaria y capacitación en prácticas sostenibles, involucrando a los residentes en el proceso de transformación.

La segunda etapa, “Transición” (2040-2045), comenzará con el desmantelamiento de las infraestructuras mineras, facilitando la recuperación de áreas antes dedicadas a la industria. Esta fase es crucial para restablecer la relación de la comunidad con su entorno y visualizar nuevas posibilidades de uso del suelo. Se promoverán espacios para la agricultura urbana y áreas recreativas que fomenten la convivencia y el bienestar social.

La tercera etapa, “Experimentación” (2045-2055), ocurrirá cuando la industria minera haya abandonado la ciudad. La comunidad y los planificadores podrán iniciar proyectos innovadores para revitalizar el área, creando espacios públicos y promoviendo un estilo de vida sostenible que celebre la identidad cerreña. En esta fase, se incentivará la participación ciudadana, permitiendo que las voces de los habitantes influyan en las decisiones sobre el futuro del territorio.

Finalmente, la etapa del “Renacer” (2055-2065) culminará el proceso de remediación y rehabilitación del tajo abierto, especialmente en el área Raúl Rojas. Este espacio se transformará en un núcleo turístico, convirtiendo la antigua cicatriz minera en un atractivo natural y cultural, símbolo de la resiliencia de la comunidad y un foco para el ecoturismo. Se implementarán programas educativos y actividades turísticas que conecten a los visitantes con la historia y la cultura de Cerro de Pasco.

A lo largo de estas etapas, las diferentes capas del proyecto, explicadas anteriormente, se desarrollarán de manera entretejida, siguiendo procesos adaptativos y no una línea de tiempo rígida. Esto permitirá una integración fluida de las iniciativas medioambientales, sociales y económicas, asegurando que cada fase contribuya al renacer de Cerro de Pasco como un lugar revitalizado, sostenible y atractivo tanto para sus habitantes como para los visitantes.

Esquema de etapas de implementación. Elaboración propia

NUEVOS IMAGINARIOS DEL CERRO DE PASCO

Cerro de Pasco, durante mucho tiempo, ha sido el símbolo viviente de las devastadoras consecuencias de una minería irresponsable, reflejando una ciudad sumida en crisis ambiental, social y de salud. Esta imagen negativa ha sido tan persistente y arraigada a nivel internacional que, incluso hoy en día, las inteligencias artificiales responden con mensajes desesperanzadores sobre la posibilidad de mejorar la calidad de vida de la población cerreña.

Durante años, la percepción externa de la ciudad ha sido la de un lugar donde la esperanza de vida apenas alcanzaba los 65 años, donde los niños nacían con metales pesados en la sangre, y donde la noción de un futuro saludable parecía un sueño inalcanzable. Sin embargo, en medio de este panorama sombrío, también existían niños y adultos con un espíritu indomable, decididos a vivir cada día al máximo. Este contraste evidente llevó a la conclusión de que el traslado de la ciudad era una necesidad imperiosa. Permanecer en ese espacio contaminado no solo condenaba a sus habitantes a una vida indigna, sino que también comprometía el bienestar de al menos dos generaciones futuras.

En este contexto, se plantea una pregunta fundamental: ¿cuál sería el futuro idóneo para este espacio? La realidad es que, en las circunstancias actuales, la minería y la ciudad no pueden coexistir de manera sostenible. Es por esta razón que las operaciones mineras modernas suelen ubicarse lejos de las áreas urbanas, limitándose a campamentos temporales para los trabajadores en lugar de desarrollar ciudades permanentes. Por lo tanto, lo que al principio parecía una postura exagerada o extremista, con el tiempo ha demostrado ser una propuesta inteligente y visionaria. Al aprender de los errores del pasado y considerar los problemas como oportunidades de superación, se ha priorizado la dignidad y el bienestar de la población como el eje central de la dinámica territorial.

La exploración del imaginario colectivo en torno a un territorio tan complejo como Cerro de Pasco no es tarea sencilla. En este caso, se reconoció que, aunque la minería trajo consigo grandes desgracias, también aportó momentos de modernidad y prosperidad a la región. La población, en cierta medida, se identificó con esta actividad económica, defendiéndola con determinación.

Sin embargo, lograr que toda una población coincida en un solo imaginario o identidad es un desafío, aún más cuando esta población ha sido históricamente transitoria y efímera, movida principalmente por la búsqueda de riquezas. Hoy, la tarea es reconstruir ese imaginario colectivo, redefinir la identidad del territorio y construir un futuro en el que la historia de Cerro de Pasco no sea solo una crónica de devastación, sino un testimonio de resiliencia y superación.

Nueva visión del Cerro de Pasco. Elaboración propia

“La arquitectura así es un proceso que añade nuevas capas de historia a los lugares. Si sabe interpretar los valores del sitio, será capaz de producir un lugar con mayor complejidad y riqueza y dejarlo abierto a la vida, a su transformación y evolución”

Vicente Guallart, (2008, p. 4).