Santa Fe, Ciudad de México, es un micromundo de transformación urbana que encapsula siglos de historia y evolución. Inicialmente habitada por comunidades indígenas agrícolas, Santa Fe experimentó cambios profundos con la llegada de los españoles, quienes impulsaron la explotación minera. Esto transformó radicalmente su paisaje y economía, convirtiendolo en un importante centro de extracción y así, suministrando material para grandes obras civiles en el entonces Distrito Federal.
Al mismo tiempo en que la industria minera empezaba su declive, la Ciudad de México crecía y se desarrollaba. Con ello, la atención volvió a Santa Fe, pero esta vez como un destino para la eliminación de desechos. Las obsoletas excavaciones mineras se convirtieron en depósitos de basura. La falta de planificación urbana y la ausencia de regulaciones contribuyeron al deterioro progresivo de este territorio, que sufrió una fuerte degradación ambiental y marginación social.
Durante las últimas décadas del siglo XX, la ciudad seguía creciendo y nuevamente surgió la urgencia de re-convertir el espacio obsoleto de Santa Fe. Era impensable tener una zona de basureros cercanos a los nuevos desarrollos residenciales que se construían. Se procedió a la expropiación de mil hectáreas de terrenos, lo cual ocurrió con relativa facilidad. El reto se conviertió en re-diseñar el territorio. El mercado entonces era ávido a modernos y exclusivos desarrollos, por lo que se planeó la creación de un polo de desarrollo residencial, corporativo, comercial y universitario. Santa Fe, sería el nuevo núcleo urbano para la Ciudad.
La inversión pública y privada, así como la creciente demanda de espacios urbanos modernos y exclusivos provocó que el área experimentara una metamorfosis espectacular. Los antiguos vertederos dieron paso a rascacielos relucientes y grandes centros comerciales, las barrancas recibieron a complejos residenciales de lujo y universidades, y las calles polvorientas se convirtieron en modernas arterias viales.
Por todo ello, Santa Fe es un símbolo del dinamismo y la adaptabilidad de las ciudades modernas. Sin embargo, nuevamente se avecina un paso desde la obsolescencia. En el contexto de las nuevas necesidades urbanas, los grandes predios de un solo uso de suelo, las imponentes bardas con sistemas de seguridad y los gigantescos centros comerciales muestran signos de claro desuso. Estas características fueron emblemáticas de un enfoque urbano que priorizaba la segregación funcional y la exclusividad. Sin embargo, en la actualidad, la tendencia apunta hacia una mayor integración, diversidad y accesibilidad en el entorno urbano.
Los grandes predios de uso de suelo singular, que antes podían haber sido eficientes para ciertos propósitos específicos, ahora limitan la flexibilidad y la adaptabilidad del espacio urbano. Las altas bardas y los sistemas de seguridad excesivos, aunque pueden haber brindado una sensación de protección en el pasado, ahora pueden percibirse como barreras físicas y sociales que fragmentan el tejido urbano y dificultan la interacción entre vecinos y la integración con el entorno circundante.
La composición poblacional de Santa Fe, originalmente planeada en el plan de desarrollo, se mantiene hoy en día con solo un 15% de residentes permanentes. Como consecuencia, la movilidad del 85% restante se ha convertido en uno de los aspectos más cruciales de la zona.
Proyección de la población residente
Proyección de la población residente
La movilidad en la creación de Santa Fe enfrentó desafíos debido a la diferencia de altimetría con el centro de la Ciudad, lo que imposibilitó la viabilidad del transporte público masivo, dejándolo aislado.
Proyectos de Movilidad
El sueño de modernidad y buenos sueldos ha atraído a cientos de miles de empleados a Santa Fe, pero el costo y el tiempo del trayecto están afectando la competitividad laboral de la zona. El tiempo promedio de viaje es de 2 horas, representando hasta el 20% del sueldo.
Los viajes dentro de las alcaldías representa el 42% y del estado de Hidalgo el 23%.
El tiempo de viaje promedio es de casi 2 horas.
El trabajo y estudio son los motivos más importantes de ir a Santa Fe.
El 56% de las personas viajan en automóvil.
La fuerte demanda de transporte público y la ausencia de un plan de conectividad de la zona, creó un pseudo-sistema desordenado e ineficiente. El uso del automóvil es la mejor opción en términos de conectividad y tiempo. Sin embargo, además de que resulta costoso tenerlo y mantenerlo, el usuario del vehículo debe considerar los costos de las autovías para llegar a la zona, así como el pago del estacionamiento necesario.
Además de la desconexión con la ciudad, diversas razones perpetúan la dominancia del automóvil: la falta de planificación en movilidad alternativa, la presencia de terrenos extensos con altas bardas y sistemas de seguridad excesivos, la geografía y la escasez de circuitos peatonales seguros y adecuados. Esto limita la viabilidad de la peatonalización como opción de movilidad, fragmentando la comunidad y dificultando la integración con el entorno.
Las zonas peatonales con lunares en el territorio que no conectan a las personas; en su mayoría son cruces peatonales para llegar al lugar de trabajo.
La difícil geografía de la zonade minas y barrancas, es un factor adicional que obstaculiza la caminabilidad.
La mayor parte de los atropellamientos terminan en fallecimientos.
Los proyectos de movilidad y conectividad urbana de la ciudad durante estas décadas no han logrado beneficiar a esta zona. En el 2017, se inició el proyecto del Tren Interurbano México Toluca (TIMT) con un recorrido desde Toluca (EdoMex) hasta la estación Observatorio en la Ciudad, con una estación en la zona de Santa Fe.
El nuevo sistema de transporte público eléctrico elevado representa un hito en la conectividad de Santa Fe con el resto de la ciudad. Este sistema brinda una alternativa eficiente de movilidad y tiene el potencial de transformar la dinámica urbana de la zona, beneficiando a una amplia porción de la población que podrá acceder de manera más rápida y cómoda a esta zona.
La elección de un sistema eléctrico no solo garantiza una operación más limpia y sostenible, sino que también reduce la dependencia de combustibles fósiles, ayudando a reducir la contaminación ambiental. Además, al ser elevado, el sistema evita los obstáculos comunes en las vías terrestres, como el tráfico, los baches y las inundaciones, lo que se traduce en una mayor fiabilidad y consistencia en los tiempos de viaje.
El tren se enfrenta a desafíos significativos debido a la difícil accesibilidad de su estación, con un complicado acceso peatonal y sin un plan de transporte público. Por ello, es crucial priorizar proyectos que mejoren la conectividad en Santa Fe, asegurando que la población pueda llegar a la estación a pie o utilizando el transporte público, y así aproveche el sistema de transporte masivo.
El aprovechamiento de la obsolescencia en la movilidad y los espacios públicos de Santa Fe nos ofrece la oportunidad de implementar un diseño circular que facilite la peatonalización y mejore el transporte público. Esto es crucial para acceder al tren interurbano y conectar con la ciudad, reduciendo así el impacto contaminante del exceso de vehículos en la zona. Además, reconfigurar los espacios públicos para promover la peatonalización proporciona beneficios adicionales, como fomentar la interacción social y mejorar la salud a través del ejercicio al aire libre, aspectos cada vez más relevantes para la calidad de vida urbana, especialmente en el contexto post-COVID.
Se analizarán propuestas de intervención en el transporte público y la peatonalización para lograr los beneficios mencionados.
En cuanto al transporte público, hay una gran oportunidad de ordenar, planificar y reestructurar las rutas para ofrecer un mejor servicio que articule el tren, así como facilite la llegada de personas de otras zonas de la ciudad que no están conectadas con el tren eléctrico.
Las múltiples concesiones de transporte presentan un servicio deficiente que permite la proliferación de rutas no autorizadas, saturando las calles sin planificación. Esta falta de coordinación conlleva a trayectos largos e inseguros en la zona.
Se propone que las concesiones lleguen a la periferia de Santa Fe, donde los pasajeros pueden transbordar al “SAFEBUS”, un nuevo sistema de transporte local que cubre las principales vías periféricas, conectando así la mayoría de los inmuebles de la zona. Esto garantiza comodidad y flexibilidad en ambas direcciones.
Esperamos una respuesta positiva de los concesionarios ante la propuesta. Aunque la implementación del tren eléctrico disminuirá su base de pasajeros, les permitirá optimizar sus rutas al evitar circular por la zona, mejorando así el flujo del tráfico. Además, al tener control sobre los autobuses en la zona, se garantiza un nivel de servicio y seguridad para los pasajeros, evitando la proliferación de rutas no autorizadas.
Se proponene 3 puntos de transferencia modal de de las rutas concesionadas al safebus, que coinciden con las 3 entradas más importantes a la zona.
Para promover la peatonalización de Santa Fe y fomentar que se camine en lugar de utilizar el automóvil para trayectos cortos, se plantea la creación de tres corredores peatonales que conectarán a la mayoría de las personas con la estación del tren. La implementación de estos corredores peatonales no solo mejorará las condiciones de caminabilidad en Santa Fe, sino que también contribuirá a reducir la dependencia del automóvil y promoverá un estilo de vida más saludable, sostenible y equitativo en términos de acceso a la movilidad, fomentando así una comunidad más integrada y consciente del medio ambiente.
Rutas e isócronas de movilidad peatonal desde y hacia la estación del tren
El diagnóstico en los corredores peatonales actuales muestra una percepción mediocre en comodidad, conectividad y seguridad. Esto brinda una oportunidad para mejorar estas condiciones, atrayendo más peatones y reduciendo riesgos.
Estudio cualitativo de la experiencia peatonal en corredores actuales.
El primer itinerario peatonal conecta la zona residencial, la universidad, los corporativos, el comercio y la sala de exposiciones con la estación del tren, promoviendo la movilidad sostenible y reduciendo la congestión vehicular en una de las zonas de mayor ingreso del sur de la ciudad. El tráfico de entrada a Santa Fe provoca kilómetros de congestión que paralizan estas colonias por horas.
Isócrona de la movilidad peatonal desde el Centro Comercial Samara
El proyecto de la estación del tren incluye un puente peatonal de 30 metros de longitud, elevado a 15 metros sobre el nivel de la autopista para permitir a los peatones acceder a la estación desde este corredor. Este acceso puede ser mejorado con urbanismo táctico para promover su uso.
El segundo itinerario facilita el acceso peatonal desde la zona de hospitales, residencial, comercial y universitaria hasta la estación.
Isócrona de la movilidad peatonal desde Av. Santa Fe
Isócrona de la movilidad peatonal desde el Centro Comercial Santa Fe
Isócrona de la movilidad peatonal desde Av. Salvador Agraz
El tercer itinerario se extiende a lo largo de un corredor lineal de 3 kilómetros en la avenida principal, rodeado de grandes corporativos y la universidad más concurrida. Facilitaría el acceso a la estación del tren para miles de empleados y estudiantes, beneficiando también a las colonias periféricas.
Isócrona de la movilidad peatonal desde la Universidad Iberoamericana
La construcción del tren ha destruido el camellón inlcuyendo la muerte de los árboles. Se sugiere convertir el camellón en un parque lineal ampliándolo significativamente, sin quitar carriles vehiculares, destacando un andador central para fomentar la peatonalización.
Los corporativos frente al nuevo parque lineal son terrenos amplios que carecen de interacción con el exterior. Se identificaron 10 áreas para intervenir la frontera entre lo privado y lo público, con el objetivo de crear espacios público/privados atractivos y vibrantes, sin comprometer la integridad de la propiedad privada.
Se llevó a cabo el análisis de recorrer las bardas de dos corporativos en una manzana con el objetivo de convertirlas en un atractivo parque lineal ampliado al camellón, que cuenta con varias estaciones para admirar las áreas verdes y el río de agua pluvial o tratada. Se sugiere aprovechar las columnas como infraestructura para promover la creación de comunidad, mediante la creación de diversos espacios para trabajo, ocio, comercio, reciclaje y otros, que puedan ser disfrutados por la comunidad.
En conclusión, esta propuesta de rediseño en Santa Fe promete mejorar la calidad de vida de sus habitantes al crear mejor movilidad, más espacios verdes y fortalecer el tejido social al liberar espacio en las calles. Sin embargo, se deben esperar ajustes y evoluciones una vez implementadas estas propuestas, anticipando y abordando la obsolescencia a medida que se reduzca la presencia vehicular y se aumenten las áreas verdes para combatir el efecto de isla de calor urbana. Este rediseño ofrece oportunidades para el desarrollo urbano sostenible y mejora la calidad de vida en la zona.