Quito, capital de Ecuador, situada en la Hoya del Guayllabamba y rodeada por imponentes volcanes en los Andes, enfrenta desafíos urbanos significativos debido a su crecimiento lineal y su morfología particular. Este proyecto explora cómo Quito puede transitar hacia un modelo urbano más equilibrado y sostenible, aliviando las tensiones de la hipercentralidad para proyectar el desborde.
La disponibilidad de espacio en el hipercentro es extremadamente limitada, con el 97% del suelo ya ocupado. A pesar de una densidad de vivienda de 31 viviendas por hectárea y una densidad poblacional de 51 habitantes por hectárea, estas cifras son relativamente bajas y la población sigue decreciendo a una tasa del 0.3% anual. Este declive se debe en gran parte a la llegada de grandes empresas que desplazan a los residentes, un proceso que acelera la gentrificación. Además, siendo esta zona la que ofrece la mejor cobertura de servicios y con el valor de suelo más alto, se convierte en un imán para actividades comerciales y empresariales.
“El resultado es un ciclo insostenible: el hipercentro se vacía de residentes pero se satura de actividades, mientras que los valles y la periferia experimenta un crecimiento desordenado.”
Ante estos desafíos, surge la propuesta de las microcentralidades, pequeños polos de desarrollo distribuidos por toda la ciudad para aliviar las tensiones del hipercentro. Estas microcentralidades podrían reducir la necesidad de largos desplazamientos y distribuir de manera más equitativa los servicios y oportunidades económicas.
Integración de Infraestructuras Verdes
Complementariamente, se propone el desarrollo de corredores verdes que funcionen como articuladores ecológicos, conectando la red de infraestructura verde urbana con sistemas de conservación ecológica. Este enfoque no solo promueve la densificación urbana sostenible, sino que también mejora la conectividad social y la resiliencia ambiental.
La adopción de un modelo de microcentralidades, junto con la integración de corredores verdes, ofrece una estrategia prometedora para abordar la ineficiencia territorial y promover un desarrollo urbano más sostenible en Quito. Al repensar la estructura urbana existente y fomentar una distribución más equilibrada de actividades y servicios, Quito puede avanzar hacia un futuro urbano que respete tanto su singularidad geográfica como las necesidades de su creciente población.