El mercado de hacienda vacuna fue el equipamiento que fundó e identificó el barrio por 120 años, hasta que en 2022 fue trasladado a 65 km por una ley que prohíbe ganado vivo en la ciudad de Buenos Aires.
Por falta de mantenimiento hidráulico se suelen producir inundaciones, y la desactivación industrial generó un deterioro en el área histórica y en el ambiente por incumplimiento de las normas de higiene que regulan la actividad
En vista de atender a las consecuencias producto del cambio climático, que afectan a los sectores más vulnerables de la sociedad, y a problemas que se siguen agravando como el déficit de vivienda, la segregación social, la falta de infraestructura y saneamiento y la destrucción del medio ambiente, el proyecto propone reorientar la mirada hacia los intersticios de nuestra sociedad; lugares residuales y abandonados donde persisten problemas a los que la ciudad no ha sabido o no ha podido dar aún respuesta.
Generar espacio público de calidad en espacios urbanos y periurbanos residuales con potenciales ecosistémicos que atiendan sistemáticamente las necesidades locales, contextuales, sociales, demográficas, ambientales y planetarias planteadas por medio de estrategias participativas y escalables que potencien la promoción del desarrollo urbano a través de la integración socio-ambiental.
“Un espacio definido desde una periferia funcional y manifestado como un vacío por conquistar.
Diccionario metápolis de arquitectura avanzada. Actar.
La construcción y los equipamientos, forman así el cuadro más estable: el resto puede, eventualmente,
deslizarse al ámbito de lo temporal, lo móvil y lo polivalente.”
La estrategia se desarrolla en cuatro etapas:
I.- Categorización: posibles locaciones con potenciales ecosistémicos con una lógica de descentralización sobre la periferia de la ciudad.
II.- Mitigación: el proyecto propone reciclar el agua de lluvia y tratar aguas grises para ser reutilizadas, trabajando con espacios naturalmente inundables, a modo de no saturar el sistema de evacuación de aguas, y generando actividades para el ocio, la educación ambiental y el turismo sostenible.
Programas de desarrollo de infraestructuras sensibles al agua, que mitiguen las consecuencias de eventos y amenazas del cambio climático, gestionadas bajo una perspectiva de resiliencia en relación a los recursos hídricos y sus estrategias de reuso, tratamiento, retención e infiltración.
III.- Concientización: esta experiencia ambiental promueve la sostenibilidad entre los visitantes para generar conciencia sobre los recursos hídricos en vez de desperdiciarlos, y aprender lo importante que son para el ecosistema.
IV.- Adaptación: marco teórico conceptual resiliente
Proyectos de transformación, renaturalización y ordenamiento urbano y periurbano, que planteen nuevas lógicas de permanencia y viabilidad a partir de herramientas descentralizadas y de innovación cívica que proponen sinergia y apropiación apoyadas en acciones urbanas como talleres, conferencias, intercambio de ideas y participación.
“Ser resiliente es adaptarse a un mundo que necesita desesperadamente cambiar”
Oficina de Resiliencia Urbana