Transiciones entre ciudad, puerto y río
Introducción
Durante siglos, los puertos han sido un punto de inflexión para las ciudades, funcionando como puerta de entrada y salida de culturas, mercancías e ideas, un punto de conexión con el resto del mundo. A través del comercio marítimo, los puertos han generado redes económicas y culturales que superan los límites locales, generando prosperidad económica, cultural y urbana en las ciudades.
“En las ciudades puerto Latinoamericanas, fue el puerto el origen del sistema urbano; fungió como el nodo estratégico que definió la función urbana característica propiciando el crecimiento, permitiendo la conformación y estructuración de las zonas que actuaban como eslabones en el área costera, constituyéndolas como núcleos importantes de servicios. En la vida de las ciudades puerto, desde el siglo XVI, este ha sido el factor estructurador de las mismas, el nodo estratégico de las redes de transporte y sistemas urbanos a nivel global.” (Portus Online (2022). Pasado, presente y futuro de las ciudades-puerto en américa latina)
Sin embargo, este desarrollo no ha estado exento de tensiones: la intensificación de la actividad logística, la industrialización y la globalización han profundizado la segregación física y funcional entre puerto y ciudad, dejando como legado suelos monofuncionales, ríos contaminados y bordes costeros cerrados a la vida urbana.
Buenos Aires se incluye en la definición de ciudad-puerto entendida como ciudad situada en un espacio costero o a la orilla de algún río que tiene un puerto importante para la navegación marítima o fluvial de personas y mercancías. Su desarrollo estuvo históricamente ligado al Río de la Plata, sin embargo, sucesivos rellenos e infraestructuras cerraron el borde costero, fragmentando así la conexión ciudad–río y debilitando la integración ambiental y social.
En las últimas décadas, fenómenos como la relocalización de puertos fuera de los centros urbanos, la presión social por el acceso al agua y el interés del sector privado por desarrollar frente al río han impulsado un nuevo dinamismo: la regeneración de infraestructuras portuarias, tanto activas como abandonadas, en busca del retorno a la ciudad portuaria que se conecte con su río, innovadora y sostenible.
Existen diversas experiencias internacionales, como HafenCity en Hamburgo, Fjord City en Oslo, Ría 2000 en Bilbao y Nordhavnen en Copenhague, que muestran cómo antiguos frentes industriales pueden transformarse en espacios urbanos resilientes e inclusivos, capaces de responder a las necesidades actuales de los habitantes y a los desafíos del cambio climático.
Entendiendo que el puerto no es solo una infraestructura; es mucho más que un espacio logístico: condiciona la vida urbana, determina el uso de los espacios, articula actividades económicas, ambientales y sociales, y establece relaciones complejas entre ciudad, ciudadanía y rio, esta investigación propone resignificar el puerto de Buenos Aires mediante el concepto de ecotono, entendido como zona de transición activa entre dos ecosistemas diferentes.
Entender la interfaz del puerto y su entorno como ecotono urbano permite imaginar una mejor articulación entre ciudad y río, entre producción y vida urbana, entre infraestructura y naturaleza. La transición hacia un puerto-ecotono no implica suprimir funciones productivas, sino complementarlas con dimensiones ambientales, sociales y culturales.La metodología adoptada combina un enfoque teórico, basado en el concepto de ecotono, con un análisis que incluye diagnóstico urbano, económico y social, mapa de actores y referencias internacionales de regeneración portuaria. A partir de este marco, la investigación propone un masterplan de ecotonos para Buenos Aires, compuesto por una metodología específica, un modelo de gobernanza y una implementación progresiva. De este modo, el puerto deja de ser una frontera cerrada y se convierte en nexo activo entre ciudad y río, proyectando una nueva relación urbana para el futuro.