El inminente fin de todo proceso extractivo plantea interrogantes sobre el futuro de las infraestructuras existentes y la remediación de su huella ecológica, puesto que, en este contexto, las operaciones mineras están intrínsecamente ligadas a la degradación y desterritorialización de los sistemas naturales, entre estos, el recurso hídrico pertenece entre los más afectados, pues en este contexto representa un obstáculo ante la excavación de minerales.
Cerro de Pasco, capital minera del Perú, presenta todas las consecuencias de una actividad extractivista desmesurada en relación a la alteraciones del territorio, contaminación ambiental y fragmentación urbana generadas a partir de la creación del tajo abierto Raúl Rojas en 1956; pues esto trajo consigo en emplazamiento de infraestructuras, muros perimetrales, desmontes, relaves y botaderos.
Por ello el proyecto identifica, analiza y propone soluciones, a corto, mediano y largo plazo, para aquellos futuros espacios post industriales, de pequeña, mediana y gran escala, con el fin de mejorar el estilo de vida de la población mediante la interrelación de Estrategias pasivas de índole urbanas, ecológicas, hídricas y económicas que permiten generar, en su conjunto, una nueva imagen de la ciudad cerreña.
La postura del proyecto consiste en que borrar las huellas de la ciudad es más grave que borrar las huellas del territorio, por lo que se insiste en encontrar alternativas contemporáneas de uso para este paisaje minero que, además, responda a la siguiente pregunta: “¿Cómo se puede recuperar la calidad de vida cerreña a partir de la remediación ecológica, el impulso de actividades económicas y nuevas dinámicas urbanas en la huella de los espacios abandonados?”
“Cerro de Pasco, tierra de machos, no de muchos”
Es una de las frases que más identifica y enorgullece a la población cerreña, además de tener un significado representativo y emotivo nos remonta siglos atrás cuando un grupo de personas se asentó con osadía y atrevimiento en un terreno inhabitable. Tal emplazamiento repentino fue la génesis de una ciudad que poseía y posee, hasta la actualidad, grandes riquezas minerales que trazaron una historia de bonanza y crisis durante su desarrollo por más de 400 años.
La génesis:
A lo largo de la historia del Cerro de Pasco la minería ha constituido el apogeo de la ciudad, su crecimiento urbano se habría debido a las bonanzas mineras y las
migraciones regionales, pero también es el mal que progresivamente la va socavando.
Una leyenda local relata los orígenes de la minería y, por tanto, de la ciudad, al referir que por el año 1630 el indio Huaricapcha descubrió accidentalmente los
minerales del Cerro de Pasco en una cueva al encender una fogata para guarecerse de la nieve y el clima gélido. Los hilos de plata que mostraría el indígena a
los españoles llevarían a niciar la explotación minera y convertirse en uno de los centros mineros mas importantes de la colonia. A principios del siglo XX, la lógica de explotación minera se intensificaría con la llegada de la empresa norteamericana Cerro de Pasco Investment Company que adquiere las minas del Cerro de Pasco y otras de la región para luego constituirse, en 1915, en la Cerro de Pasco Cooper Corporation. La inyección de capitales, tecnología y vías de comunicación (en 1904 concluiría la construcción del ferrocarril Callao Cerro de Pasco) reforzarían el enclave minero y abrirían una escalada de conflictos con las comunidades indígenas de la región por la concentración de tierras y la contaminación ambiental, así como entre el afianzamiento urbano de la ciudad y la expansión minera. En 1956 se inició la explotación a cielo abierto o tajo abierto que transformará la vida urbana, es decir en términos del desarrollo urbano el nuevo y floreciente
sistema de extracción de minerales implicaba la necesaria destrucción progresiva de la estructura urbana que se había ido consolidando a través de los siglos.
Problemáticas
Capa ecológica:
La creación del tajo abierto Raúl Rojas en el 1956 significó una serie de cambios en el territorio cerreño. En primer lugar, el material excedente obtenido de la excavación ha ido emplazándose en el sector norte y oeste de la ciudad, la cual con el transcurrir de los años, ha ido identificándose como el sector industrial. Estos desmontes mineros hoy en día se alzan como “cerros” artificiales, los cuales se encuentran expuestos. Por otro lado, el continúo avance de la excavación determinó que los recursos hídricos subterráneos, abundantes del sector, eran un riesgo para las futuras operaciones, por lo que se decidió el secado y drenado de una de las lagunas de la ciudad, espacio donde actualmente se ubica el terminal terreste de la ciudad. Por último, ya durante el periodo de extracción de minerales, y al ser tan necesario el recurso hídrico en el proceso, se ha contaminado y generado relaves mineros, lo cual ha significado el daño del ecosistema existente.
Capa de contaminación:
La contaminación en Cerro de Pasco es dispersada de diversas maneras; en primer lugar, mediante el aire, debido a la existente de elementos como desmontes y tajos con material y superficie expuesta a las corrientes de vientos las cuales elevan las particular contaminadas del suelo y las trasladan hacia la ciudad y, posterioremente, son inhaladas por la población residente; es por ello que todo el borde inmediato del tajo abierto y desmontes se encuentran en un riesgo inminente de salud pública. Por otro lado, el recurso hídrico existente, como la laguna Patarcocha, se encuentra contaminada por el uso de desagüe que le dan las viviendas asentadas en su perímetro, asimismo, las aguas subterráneas se encuentran con presencia de metales en sus particulas pues el sector es rico en minerales.
Capa urbana:
La continúa expansión de la industria minera ha significado la fragmentación urbana de la ciudad cerreña, mediante el emplazamiento de desmontes mineros, minas e infraestructuras complementarias. Esto ha conllevado que la ciudad se desarrolle en torno al tajo abierto Raúl Rojas, conectado medianto un anillo vial que si bien relación en distancia y tiempo no es alta, los vacíos urbanos existentes no permiten generar una continuidad espacial y de desarrollo de actividades urbanas entre barrios, pues los límites y bordes se encuentran muy marcados por la presencia exclusiva de uso residencial y la ausencia de usos mixtos. Es asi, que cada barrio funciona independientemente a las colindantes, San Juan Pampa (A) es el barrio institucional y de entidades públicas y privadas; Chaupimarca (B) es el barrio histórico; mientras que Paragsha (C) es el barrio industrial.
Miradas urbanas gubernamentales:
En diciembre del 2008, el Estado peruano declara mediante la Ley 29293 la necesidad pública e interés nacional la implementación de medidas para lograr el desarrollo urbano sostenible concertado y la reubicación de la ciudad de Cerro de Pasco, lo cual constituyó el primer y único esfuerzo hasta el momento en el Perú, para generar un proceso de reasentamiento poblacional de gran escala. Por otro lado, el Modelo de desarrollo urbano actual Cerro de Pasco 2020, evidencia la actual contaminación de la ciudad y propone la desentralización de la misma hacia los pueblos más cercanos con el fin de generar una articulación de espacios de reasentamiento con los usos y equipamientos necesarios para conformar una nueva urbe.
Si bien se ha dejado de pensar en el desarrollo urbano de la ciudad como prioridad a expensas del desarrollo de la mineria existente como ente independiente, esta propuesta pretende la desintegración total de la ciudad, ciudad llena de bagajes culturales e históricos que no se deberían borrar ni mucho menos, simplemente, olvidar. Una ciudad que explota minerales desde hace más de 400 años, los mismo materiales que han servido para forjar la capital peruana, como internacional, con un memoría individual y colectiva relevante en el contexto nacional amerita una segunda oportunidad de vida.
Oportunidad de proyecto: Plan de Cierre 2045-2065
La oportunidad de proyecto surge con el futuro Plan de Cierre 2045-2065 estipulado por la misma industria minera. Este período de tiempo es el ideal para proponer una nueva mirada de la ciudad donde se pueda generar una imagen resiliente que mantenga la memoria e identidad, a la par que solucionen los problemas ambientales existentes.
La postura del proyecto consiste en que borrar las huellas de la ciudad es más grave que borrar las huellas del territorio, por lo que se insiste en encontrar alternativas contemporáneas de uso para este paisaje minero.
El plan de cierre una industria minera significa el abandono de sus espacios industrial, es por ello, que los ha identificado y categorizado entre: mina, instalaciones, equipamientos, y desmontes y relaves. Esta identificación nos permitirá trabajar estrategias específicas para cada tipo.
Modelo urbano de Cerro de Pasco 2045-2065
Actualmente las dinámicas urbanas de la ciudad se encuentran condicionadas espacial y fisicamente por la magnitud del tajo abierto, pues todo sucede en torno a ello. Esta sinergia se repite tanto para los vacíos urbanos industriales existentes, lo cual ha conllevado a ir generando islas urbanas que emanan desuso o uso específico de viviendas con rol de espacios dormitorios donde brilla la ausencia de usos y equipamientos, por ende, ausencia de dinámicas urbanas.
Es por ello que se busca la interrelación de estos futuros vacíos urbanos a la trama existente, dotándolos con los usos y equipamientos necesarios para mejorar el estilo y calidad de vida de la población cercana; asi como generar nuevos puntos de encuentros y ocio. Esta conexión ha de ser en todos sus ejes, transversal como longitudinal para lograr una integración total de la ciudad y asi obtener una imagen urbana unificada y ya no fragmentada.
El proceso de reinserción y reintegración de los futuros vacíos urbanos industriales se rigen bajo una serie de lineamientos determinados con el fin de generar una nueva visión de ciudad a través de la regeneración, consolidación y el rehabitar de Cerro de Pasco. Si bien estas capas de lineamientos se explican de manera lineal y sincrónica, su desarrollo es coplanar e interrelacionado entre sí.
La capa urbana busca Suturar los vacíos mediante la reinserción de los espacios a la trama urbana cerreña; la capa ecológica busca habilitar un ecosistema saludable, mediante estrategias pasivas como la forestación, fitorremediación y contención del suelo; la capa hídrica busca recuperar el sistema hídrico, mediante la captación, remediación, almacenamiento y distribución de las aguas subterráneas, grises y pluviales; y finalmente, la capa económica busca fomentar nuevas actividades económicas mediante zonas productivas de agro y ganadería, espacios de investigación y fines turísticos.
Es así que con el desarrollo de este nuevo modelo urbano para la ciudad cerreña se pueden obtener nuevos imaginarios que brinden una esperanza de vida para la población, una vida digna.