Construcción del Paisaje desde la bioeconomía y la gobernanza multinivel. Masaya, Nicaragua.

“La mundialización de los intercambios constituye el dato esencial de la presente recomposición de la vida económica. Hoy en día hay que pensar en términos planetarios: la producción, el consumo, los intercambios y la relación con el entorno que les corresponde”. [Bertrand Hervieu]

El sistema alimentario y el territorio.

La alimentación posee una estrecha relación con la evolución humana y por ende con la transformación del territorio, pues es de amplio conocimiento que los primeros homínidos se caracterizaron por ser nómadas y por dedicarse a la recolección y la caza. Así, con el desarrollo de herramientas y la revolución agrícola, la alimentación evolucionó, de forma tal que el cultivo de plantas y la domesticación de animales permitió una fuente constante de alimentos, hasta la conformación se asentamientos permanentes y el desarrollo de sociedades.

Es decir, el sistema alimentario, engloba elementos y subsistemas, como la producción, procesamiento, transporte y distribución; que expanden sus efectos en diversos ámbitos de la vida y el paisaje, como la energía, la salud, los entornos sociales, la biodiversidad, la cultura, etc. Por ejemplo;

A nivel mundial, estos alimentos consumen el consumen el 20% del agua dulce y cerca del 30% de la superficie agrícola total. Dentro de los países iberoamericanos, en América Latina y el Caribe las pérdidas se producen en las etapas de cosecha, transporte y almacenamiento, mientras que en los países de la península ibérica es mayor el desperdicio alimentario en la venta y el consumo final. (Castizo, 2023: 8)

Cabe mencionar que es ampliamente conocido que América Latina y el Caribe produce alimentos para el doble de su población, contradictoriamente en esta región prevalece el hambre e inseguridad alimentaria; así mismo el sistema alimentario iberoamericano posee una triple carga de malnutrición, es decir, conjuga la obesidad y sobrepeso, desnutrición y falta de micronutrientes. En términos de uso de suelo y paisaje se reconoce que éste se ha modificado el 72% del bosque seco tropical en Mesoamérica; mientras que el bosque tropical atlántico se ha transformado el 88% y el bosque amazónico el 17%. (Castizo, 2023: 7-8)

Dichos impactos del sistema alimentario, se evidencia en el vínculo entre los territorios rurales y urbanos, el que a su vez es estrecho pero marcado de sesgos, así las áreas rurales en Iberoamérica representan un aporte del 70% en la provisión de alimentos frescos y diversos a los cascos urbanos; también la agricultura familiar en América Latina y el Caribe, representa la principal fuente laboral en el área rural, e incluso se estima que “(…) en Nicaragua el 75% de los ingresos proviene de la agricultura familiar, el 38% en Colombia, el 47% en México y el 27% en Chile” (Castizo, 2023: 28)

Al respecto, el Observatorio La Rábida de Desarrollo Sostenible y Cambio Climático para Iberoamérica (Castizo, 2023: 9), define que la alimentación es un eje invaluable para frenar el cambio climático y garantizar el bienestar de la población; ante lo cual es necesaria una transición hacia nuevos sistemas alimentarios.

Bajo esta connotación, estudiar el territorio desde la definición de sus unidades de paisaje, se convierte en una metodología conveniente para denotar las inferencias y efectos de las lógicas del sistema alimentario, desde la producción, distribución, comercialización, consumo, distribución y eliminación, en la integralidad del territorio sin dejar atrás sus valores socioculturales y medioambientales.

Paisaje productivo. Resultado del vínculo Rural- Urbano

La industrialización del proceso de alimentación y la agricultura trajo consigo la separación entre lo urbano y lo rural, hasta nuestros días esta interpretación ha marcado la planificación continua de los territorios, marcando cada vez más el antagonismo entre ambos modos de habitar. En contraste, a la luz de la acelerada industrialización del territorio del siglo XVIII marcó un hito en la búsqueda de un lugar perfecto o adecuado para el desarrollo del ser humano.

Es así como en 1898, el urbanista británico Ebenezer Howard, publica su texto To-morrow: a peaceful path to real reform, donde plantea, mediante la inclusión de cinturones verdes agrícolas la descongestión de la ciudad de Londres; es pues este una primera reivindicación del nexo entre el campo y la ciudad. A su vez (Howard, 1902: 101-102) en su planteamiento no sólo acoge el modelo de ciudad, sino que involucra la organización del movimiento migratorio de la población del campo a la ciudad y el sistema de tenencia de la tierra.

En este sentido presta atención a la administración de las áreas y evidencia dentro de la red de actores los denominados social purposes group y cooperatives & individualistic group, interpretándose la incorporación del concepto de gobernanza, es entonces la propuesta de la Ciudad Jardín de Howard una metodología integral de planificación y gestión del territorio, partiendo de la capacidad productiva y del capital humano del mismo.

Esquema Barrio- Centro de la Ciudad Jardín
Retomado de Ebenezer Howard – To-morrow: A Peaceful Path to Real Reform, London: Swan Sonnenschein & Co., Ltd., 1898., Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=48718454
Diagrama de administración de la propuesta de Ciudad Jardín
Retomado de De Ebenezer Howard – To-morrow: A Peaceful Path to Real Reform, London: Swan Sonnenschein & Co., Ltd., 1898., Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=48718455

Conformarían los cinturones propuestos por Howard, lo que contemporáneamente se denominan áreas periurbanas, que en el caso de América Latina sus suelos lamentablemente han sido tercerizados incorporando usos de suelo ligados a la manufactura y servicios.

Por otra parte, desde una visión contemporánea Gilles Clément (2022: 18, 22-23 y 25) resalta que: “Todo ordenamiento genera un espacio residual”, dicho espacio residual es “(…) el resultado del abandono de una actividad”, los que en términos de biodiversidad y agrobiodiversidad pueden llegar a acoger especies pioneras de ciclos rápidos que con el tiempo pueden instalarse hasta ser permanentes. Así la suma de todos los espacios residuales conforman el territorio de la mezcolanza planetaria, un área de oportunidad para la recuperación integral de los territorios.

Esto conlleva a la reflexión de entender la planificación del territorio desde el concepto de paisaje, lo que podría dar mayores luces para una comprensión detallada e integral mediante la definición y análisis de unidades de paisaje. Clément (2022: 16), reflexiona;

Si dejamos de ver el paisaje como si fuese el objeto de una industria podremos descubrir de repente- ¿se trata de un olvido del cartógrafo, de una negligencia del político? – una gran cantidad de espacios indecisos, desprovistos de función, a los que resulta difícil darles un nombre.

(…) Entre estos fragmentos de paisaje no existe ninguna similitud de forma. Solo tienen una cosa en común: todos ellos constituyen un territorio de refugio para la diversidad. En todas las demás partes ha sido expulsada.

Cabe mencionar que desde la óptica de abandono o rezago a la que el área rural ha sido condenada, junto a praxis inadecuadas que en ocasiones se manifiestan en esta, se pueden incluir dentro del término de espacios residuales, y a su vez se convierten en áreas de oportunidad dentro de la mezcolanza planetaria planteada por Clément.

Ello, aunado a lo expuesto en el Acápite 1.1, donde se deja claro que los elementos, procesos y lógicas del sistema alimentario infieren directamente en el territorio, surge relevantemente el término de paisaje productivo, al respecto la Iniciativa Latinoamericana del Paisaje- LALI expresa en el Arto. 9 de su Convenio Latinoamericano del Paisaje (2023: 9-10) que:

El valor productivo del paisaje es la capacidad que el mismo tiene para proporcionar beneficios económicos, convirtiendo sus elementos en recursos que aporten el desarrollo sostenible, profundizando sus rasgos patrimoniales.

Por tanto;

Proteger los paisajes productivos como unidades modelo de gestión territorial, que integran la producción conjuntamente con la sociedad, su cultura y territorio, con ética y responsabilidad posibilitando la seguridad alimentaria y el buen vivir.

Desde esta perspectiva el estudio del paisaje conviene ser abordado desde el estudio de unidades de paisaje, las que pueden definirse como:

(…) áreas del territorio que presentan un carácter paisajístico diferenciado. La evolución que sufre un territorio por factres naturales o antrópicos y los componentes principales que definen su contenido (…)

[Estas] (…) permiten sintetizar la caracterización del paisaje y conocer la diversidad paisajística de un territorio, así como interpretar el funcionamiento interno de cada porción del ámbito de estudio.

Delimitar unidades de paisaje requiere, primeramente, la identificación de las áreas que poseen un mismo carácter paisajístico, y más tarde, la acotación de estas zonas, atendiendo a las transiciones y fronteras que se producen entre diferentes patrones de paisaje. (Muñoz Criado, 2012: 66-67)

En suma la especificidad que se precisa para el análisis de los elementos, recursos, tendencias, procesos, conflictos y actores que inciden en una unidad de paisaje confiere al investigador y planificador una mirada más próxima a las problemáticas y necesidades de cada unidad territorial; y el amalgama de dichas unidades de paisaje, ayuda a su vez en la toma de decisiones ágiles y rigurosas.

Definición de la idea. Oportunidades de escalabilidad o una ambición.

La presente idea de proyecto parte de reconocer la obsolescencia del sistema productivo agrícola y de sus formas de gestión y gobernabilidad, como una oportunidad de revitalización del territorio, para ello se parte de la hipótesis que la motivación de un proceso inverso donde la base social se active de forma simultánea mediante la creación de redes socio- productivas lograrán redirigir la agenda de los gobiernos locales; a fin de lograr el acoplamiento efectivo entre todos los eslabones de la cadena productiva culminando sus efectos tangibles en la revitalización y recuperación de bienes municipales ambientales e infraestructurales; e intangibles en la construcción de una sociedad más equitativa y consciente de sus valores ambientales, culturales, sociales y económicos.

Esta pesquisa tiene por objetivo demostrar la oportunidad latente de planificar integralmente el territorio mediante el análisis de las unidades de paisaje que le integran, con base en la reinterpretación del patrón de producción de los recursos endógenos, y siendo conscientes que la ruralidad y la urbanidad son un sistema complejo cuyos límites son difusos y se amalgaman en el proceso del sistema alimentario. En consecuencia se convierte en un proceso replicable a otros entornos nacionales y regionales en dependencia de su agrobiodiversidad.

Se muestra un corte del área Noreste- Noroeste del municipio de Masaya, donde se muestran las diferentes unidades de paisaje y las colaboraciones ecosistémicas y económicas que rigen su intercambio y modos de hábitat.

Bajo dicha reflexión es que se plantea a lo largo de esta pesquisa la utilización del término Rurbanismo, aclarando que siempre habrá características morfológicas, históricas y culturales propias de cada unidad de paisaje; empero los derechos y obligaciones económico- sociales- ambientales deben ser equitativos y producto de un proceso informado y mediado. El concepto realmente busca borrar la línea de olvido de lo rural o supeditarle a un espacio de aprovisionamiento, sino traerle a la luz, y reconocer que tanto su capital natural como humano son parte de un territorio geográfico y administrativo conforme las políticas de cada región o país.

Esto conlleva a otra planteamiento, el Rurbanismo en la contemporaneidad debe apoyarse en dos conceptos relevantes, el primero el de bioeconomía el cual conlleva a recordar el origen biológico del proceso económico, incluyendo la conversión de los desechos en productos de valor agregado. Y el segundo el de gobernanza multinivel, bajo la necesidad de promover y crear posibilidades y espacios de implementación de mejoras en el territorio de forma multidireccional e interrelacionadas, es decir que su ejecución sean tanto vertical, entre los diferentes niveles de gobierno y horizontales  en el mismo nivel de gobierno y en redes entre los ciudadanos y actores privados; las que puedan actuar independientemente que la institucionalización del sistema de gobernanza sea centralizado o descentralizado.

No menos importante es la integración del concepto de Socio- productividad, donde se logre recuperar las formas de trabajo cooperativo y secuencial propia del capital humano de lo rural y artesanal; manifestado en un trabajo en red y a la permanencia de una memoria biocultural única y peculiar de cada unidad de paisaje.

Retomado de Nothing but symbolic: Chinese new authoritarianism, smart government, and the challenge of multi-level governance. (Zhang y Mora, 2023)

Con base en lo precedente se vislumbran cuatro líneas estratégicas para la implementación de un Rurbanismo Socio- productivo, a saber:

  • Bioproducción e interconexión: Dirigida a la implementación de la bioeconomía y atención de la infraestructura viaria que permita la disponibilidad y acceso a los recursos.
  • Diversidad ambiental y salubridad: Dispuesta hacia la revitalización de los ecosistemas y utilización de los servicios ecosistémicos desde la conciencia del respeto y acogimiento de los derechos ambientales y las interrelaciones interespecies. Se toma en cuenta también el manejo de desechos sólidos y la infraestructura ligadas al manejo del agua y las fuentes de energía.
  • Educación y autogestión: Desarrollo de la educación y la gobernanza como un eje transversal de cambio social, que inicia desde el polo familiar (vivienda) y se extiende hacia la sociedad (barrios, comarcas, municipios, etc.). Centra también su atención en la generación de oportunidades de desarrollo investigativo y tecnológico, materializándose en la generación de espacios públicos e instituciones (gubernamentales o sociales) que insten al desarrollo creativo del capital humano.
  • Paisaje y cultura: Refiere a la revitalización del patrimonio cultural inmaterial y conservación del patrimonio cultural material de cada unidad de paisaje del territorio, con sus propias formas de hábitat, junto al reconocimiento de su memoria biocultural.

Se traza como estructura de acción la conformación de Redes Rurbanas Socio- productivas que surjan de las relaciones entre productores rurales y urbanos, que den paso a la formación de una producción en escalas: artesanal, industrial- artesanal e industrial; todas ellas flexibles e integradas por colectivos multidisciplinares que ayuden a los productores a enfrentar las demandas educativas, tecnológicas, medio ambientales y de movilidad que el mercado y la conformación de comunidades más sostenibles demandan en la contemporaneidad.

Estudio de Caso. Municipio de Masaya, Nicaragua.

Municipio de Masaya y su Paisaje Productivo actual

En las últimas décadas múltiples autores y actores han realizado conciencia sobre el hecho de que la interrelación entre el campo y la ciudad o lo rural y lo urbano, va más allá de dichas circunscripciones territoriales, pues con la adaptación tecnológica de los países en vías de desarrollo en el sector primario y la imposición directa- indirecta de la premisa crecimiento hacia fuera, de orientación exportadora, en la contemporaneidad podemos hablar de una urbanización extendida o urbanización planetaria (Arboleda, 2017: 149-150), caracterizada por el despliegue de infraestructura a nivel global y la financiarización de los recursos naturales; que a su vez se materializa en la explotación de recursos naturales y humanos, y el menoscabo de las formas de vida rural, agraria y comunitarias.

Consecuentemente, a lo largo de la presente investigación se ha hecho hincapié en abordar dicha interrelación desde el análisis de paisaje, en específico del paisaje productivo, pues se reconoce que este es en el sostén de la vida humana, dado que presta servicios ecosistémicos de soporte, aprovisionamiento, regulación y culturales; por ende, el paisaje es dinámico y complejo, pues depende de los sistemas que le componen en relación con los elementos naturales sociales, culturales y perceptuales que le integren.

Al contextualizar esto al actual municipio de Masaya, su paisaje, en términos de límites, ha estado inscrito entre dos grandes accidentes geográficos fluviales y unidades de paisaje, es decir la laguna de Masaya y de Apoyo. Estas continúan prestando servicios ecosistémicos a las poblaciones aledañas, pero también se han convertido en espacios relegados por su contaminación o explotados por el turismo, respectivamente.

También es importante considerar que al hablar de paisaje productivo, se deben de tomar en cuenta todas las unidades de paisaje creadas durante la cadena de producción, es decir desde la obtención de la materia prima hasta la circulación de los desechos. Es así como el paisaje de Masaya, al igual que otras ciudades, ha mutado en el tiempo, obteniendo desde la perspectiva de la autora cinco unidades de paisaje productivas, en específico; un paisaje rural caracterizado por pequeños centros poblados con una marcada producción de subsistencia, un paisaje periurbano donde la terciarización del área rural mediante la incorporación de manufactureras o zonas francas ha alterado la vocación de uso de suelo.

Paisaje productivo del municipio de Masaya, siglos XIX- XX. Con base a fotografías de Nicaragua en la Historia [Facebook], recuperado de: https://www.facebook.com/media/set/?set=a.135087949987468&type=3

Un paisaje urbano histórico delimitado en 172 manzanas que integran el centro histórico y sectores especiales de la ciudad y donde se concentra el mayor número de industrias artesanales; y por último un paisaje urbano residual producto de la contaminación causada por la actual forma de producción y logística de la ciudad específicamente identificada en el vertedero municipal, vertederos clandestinos y mercado- estación de buses municipal, todo ello desplegado sobre una base o paisaje natural cuyos bienes ambientales principales son la laguna de Masaya y el cerro El Coyotepe.

Paisaje productivo actual. Sección Norte- Sur. Con base a fotografías propias y de la web

En este sentido es importante mencionar el tópico del manejo de los desechos sólidos en el municipio, pues acorde a (Hernández, Castillo, y Téllez, 2014: 87-88) los barrios del área Norte, Este y Oeste del casco urbano de la ciudad son los que presentan mayor contaminación por estos; e incluso acorde al Plan Ambiental del Municipio de Masaya 2009- 2019, los principales problemas ambientales son la contaminación de aguas superficiales y suelos por dichos residuos sólidos, amenaza que aumentó con la aparición de botaderos ilegales, los que incluso se localizan cercanos a las laderas de las lagunas de Masaya y Apoyo.

Incluso se reporta la recolección de 200 toneladas de desechos por día de recolección en el municipio de Masaya, de las cuales 20 corresponden al mercado municipal Ernesto Fernández (La Prensa, 2009). Por otra parte el 47% de la población quema o paga para botar la basura, en respuesta a la carencia de educación ambiental y la intermitencia del servicio de recolección de basura municipal. (Hernández et al., 2014: 90)

Todo ello, acorde a reportajes realizados por La Prensa (2009) y Artículo 66 (2023), crea proliferación de hedores y enfermedades, contaminación acústica y ambiental, degradación de la infraestructura vial y de drenaje, junto a la ocupación ilegal de calles y aceras por el comercio informal. En suma, es evidente la correlación entre paisaje y ordenamiento y planificación territorial; donde el paisaje ya no aborda solamente la estética del entorno sino que muestra las interrelaciones sociales, económicas, culturales, ambientales suscitadas entre el medio natural y el hombre. Dicha correspondencia se denota dentro de las diversas unidades de paisaje productivo que se han creado en el municipio de Masaya, donde cada porción de territorio se caracteriza por usos de suelo, servicios ecosistémicos y valores específicos.

Paisaje productivo actual. Sección Noroeste- Suroeste. Con base a fotografías propias y de la web.
Masaya, territorio de oportunidades para la bioeconomía.

Conforme a lo expresado por Rodríguez et al. (2017: 63):

En América Latina hay un gran potencial para el desarrollo de la bioeconomía, como una alternativa para la diversificación productiva y la agregación de valor en el medio rural, especialmente en los sectores agrícola y agroindustrial. (…) la capacidad para producir biomasa para diversos usos, además de alimentos, y la disponibilidad de desechos agrícolas y agroindustriales son tres ejemplos de recursos biológicos que pueden servir de base para el desarrollo de estrategias nacionales de bioeconomía.

Bajo esta premisa, es de amplio conocimiento que el maíz y la yuca son alimentos que conforman una punta de lanza para la implementación de alternativas económicas y seguridad alimentaria para Centroamérica y Latinoamérica; mientras que el mapeo, financiamiento y consolidación de las industrias culturales y creativas es desde hace años atrás área de oportunidad para países en vías de desarrollo como Nicaragua.

Se define entonces que la producción alimentaria no está disociada a la gestión del territorio, la gobernabilidad y el desarrollo económico; bajo esta premisa se reconoce que en Nicaragua las cadenas productivas de maíz y yuca se encuentran poco desarrolladas, produciendo un alto índice de desechos y desaprovechando los excedentes agrícolas; por su parte los procesos de ordenamiento y gestión carecen de participación ciudadana y de una actuación multidisciplinar limitando las respuestas a los contextos.

Tal cual se ha evidenciado, Masaya goza de una amplia tradición productivo desde tiempos previos a la ocupación hispánica, poseyendo una amplia agrobiodiversidad y dentro de los cuales se encuentra el maíz y la yuca. Al tratar de correlacionar la producción agrícola con las industrial culturales y creativas presentes en el municipio, tal se muestra en la Figura 15, se evidencia que ambos productos se desarrollan a una escala artesanal e industrial artesanal con énfasis en el consumo humano y animal mínimamente procesado; es así como se precisa atención e inversión en la movilidad, educación e investigación y la digitalización y tecnología del sector para transformar la actual cadena de producción.

Bioeconomía del maíz y la yuca asociada a las escalas productivas del municipio de Masaya

La viabilidad de implementar la bioeconomía en el sistema productivo del municipio, se basa en el registro de la oferta y demanda actual de ambos productos, por ejemplo la producción de maíz se contabiliza en 4.6 millones de quintales, y la importación del mismo en 4.6 millones; en el caso de la yuca la producción nacional es de 5.95 millones de quintales donde el 97.5% es de consumo interno, e incluso se registra la importación de yuca costarricense.

Por su parte respecto a los productos con potencial de exportación de Nicaragua se registran las prendas de vestir, maquinaria y electricidad y bebidas (alcohólicas y no alcohólicas), los que acorde a la bioeconomía del maíz y la yuca pueden ser producidos con la generación de las políticas e inversión necesarias. Se registra, en el caso de ambos alimentos y de sus derivados como mercados potenciales para su exportación: Norteamérica, América del Sur y Central, Unión Europea y Europa Occidental; seguidos del Caribe, Medio Oriente y el Este de Asia.

Es pertinente señalar que la escalabilidad de las escalas de producción dadas por la bioeconomía son de relativa facilidad para la implementación desde la base social, es decir desde la autogestión de los productores hasta el impulso de cambios integrales en el macrosistema productivo de escala departamental e incluso nacional. Es decir tanto los minifundistas como pequeños productores y latifundistas pueden integrarse de forma secuencial o simultánea al proceso de revitalización de la cadena productiva; esto también detona demandas y transformaciones en el paisaje, abriéndose oportunidades para que los gobiernos municipales y nacional reinventen su agenda desde un enfoque ecosistémico y holístico.

Importación y exportación de yuca y maíz en el país, 2022. Retomado de la plataforma International Trade Centre (https://www.macmap.org/en/ ). A la izquierda se muestra la importación de maíz (arriba) y yuca (abajo); y a la derecha se evidencia la exportación de ambos alimentos correspondientemente.
Mercados con potencial de exportación de yuca y maíz y productos nicaragüenses con potencial de exportación. Retomado de la plataforma International Trade Centre (https://www.macmap.org/en/ ). A la izquierda se muestra los mercados a los que potencialmente se puede exportar maíz y yuca o sus derivados, a la derecha se muestra los principales productos nicaragüenses con potencial de exportación, sobresaliendo las prendas de vestir.
Territorio de Experimentación. Micro Red Rurbana Socio- productiva/ Barrio- Comunidad Rural

En los últimos años diversos procesos coyunturales han afectado la gobernabilidad de las diversidad unidades de paisaje que conforman el paisaje productivo del municipio de Masaya, en este sentido las interrelaciones entre los actores rurales y urbanos, e incluso dentro de las mismas unidades de estudio, han sido fragmentadas; pese a ello las expresiones culturales del territorio han logrado mantener las relaciones entre ambos espacios y actores, con especial énfasis en los minifundistas y pequeños productores.

También el país aún cuenta con algunos organismos sin fines de lucro y emprendimientos que trabajan de cara a la construcción de comunidades resilientes, fortalecimiento del capital humano, manejo de agua y desechos, entre otros tópicos ambientales que abren oportunidades de intercambio y vinculación con la presente propuesta de proyecto.

Ejemplo de ello es la construcción de huertos para fechas especiales del calendario litúrgico y quermeses que se realizan con donativos de feligreses, se denota esta como un área de oportunidad para la conformación de las primeras redes socio- productivas. En términos físicos dichas expresiones comunitarias y culturales se manifiestan en los templos católicos, sin embargo existe también un espacio neutral donde la población en general suele acudir por quermeses o por fines humanitarias, en específico el Antigua Hospital San Antonio u Hogar San Antonio, que es el principal asilo de la ciudad.

Dicho asilo de ancianos se ubica dentro del Barrio San Juan, uno de los barrios antiguos de la ciudad y el cual tiene conexión con el malecón y laguna de Masaya; a su vez goza de un patrimonio edilicio que conserva parte de sus patios internos, igualmente puntos de oportunidad para recuperar su vocación productiva y de biodiversidad de antaño.

Respecto a la unidad de paisaje rural, actualmente se carece de una interrelación con el área urbana en mención, empero tal cual se ha referenciado previamente los templos y manifestaciones culturales se convierten en un elemento atractor para la generación de dichos vínculos. Así, se reconocen principalmente a los minifundistas del sector Sur de la ciudad y a los pequeños productores censados por el Ministerio Agropecuario, al Norte, como actores potenciales de vinculación.

Análisis de la unidad de paisaje urbana- Barrio San Juan.
Análisis de la unidad de paisaje urbana- Barrio San Juan

Del análisis realizado se identificó que la unidad de paisaje urbana histórica seleccionada posee un total de 31 manzanas dispuestas en 44.23 Ha. y 4,567 habitantes con una densidad poblacional de 103.26 hab./Ha. y 17.34 viviendas/ Ha. aproximadamente. El espacio de estancia es apenas de 3.78 m2/ hab.; y la mezcla de usos es del 9%.

Es decir, la densidad de vivienda por hectáreas del área de estudio se encuentra por debajo de la media, mientras que la compacidad absoluta del área reúne al 43% de los inmuebles en una altura que oscila entre los 5.4 m a 7.2 m, pese a ello, los edificios al ser principalmente antiguos cuentan con una baja densidad, es decir son de una única planta limitando su crecimiento en altura y por ende aumento de la densidad de población que alberguen.

El cálculo realizado de la compacidad corregida demuestra que gran parte de los lotes poseen área de crecimiento, pues son producto de la desmembración de inmuebles antiguos, que anteriormente gozaban de amplios espacios de estancia (patio central y traspatio), sin embargo, al estar centro del centro histórico el incremento del área de construcción es condicionado. Así mismo, se denotó que los lotes con menor área de crecimiento son aquellas desmembraciones actuales cuyos frentes parten de los 3 m y llegan hasta los 12 m máximo, siendo casi toda su área construida.

Por su parte el espacio de estancia se calculó en 3.78 m2 por habitante, concentrado en los dos parques ubicados dentro del área de estudio; y finalmente la mezcla de uso es mínima y se concentra en el sector Este del área de estudio.

La unidad de paisaje urbana periurbana por su parte posee 552 Ha. donde se distribuyen 1,842 habitantes, siendo el índice de hacinamiento del 19% al 22.3%, mientras que el índice de dependencia económica se calcula entre el 39.2% al 30.7%. Otra problemática latente percibida en el área de estudio es la incorporación de áreas residenciales que conllevan al cambio de la vocación del suelo; respecto a la infraestructura viaria es deficiente careciendo de aceras y áreas de circulación para el transporte de tracción (caballos) que es utilizada en el área. Los espacios de esparcimiento son escasos y poseen un equipamiento deficiente para el correcto ocio de la población.

Lo previamente expresado se convierte en un conjunto de oportunidades mediante la generación de un programa de autogestionado por la población. En primer lugar se toma la vivienda rural productiva como punto de nexo con el asilo de ancianos, ello mediante la conformación de un programa de intercambios de saberes sobre cultivos junto a la realización de ferias productivas que inviten a los lugareños a la compra del producto local y la generación de vínculos entre productores y pulperías y comiderías del sector; según la consolidación avance se lograrán integrar acciones de mayor impacto y de orden ambiental como medidas de ahorro de agua e incluso una red de compostaje.

En un segundo momento, el intercambio de saberes sobre cultivos se convierte en un programa vecinal de “puerta a puerta” permitiendo la recuperación de los patios internos de las viviendas e incluso a generación de huertos dentro de las viviendas, mientras que las redes de intercambio económico se acrecientan y digitalizan abriéndose los primeros pasos en el mercado étnico. Consecuentemente se realiza un intercambio de experiencias y se toma como punto focal el parque Las Conchitas donde desde la acción ciudadana se ejecutan ferias y diversas actividades de intercambio comercial y ocio, e incluso acciones de reforestación y dignificación de los espacios públicos, incluyendo las vías de comunicación.

Con el paso del tiempo la consolidación de las Redes Rurbanos Socio- productivas permitirán la mejora del hábitat en cada unidad de paisaje del municipio de Masaya, permitiendo que acorde a las condiciones y deseos propios de cada productor y habitante se inserten en cada escala productiva.

Se señala que el monitoreo y evaluación de cada Red por los actores que le conforman y del municipio por las autoridades locales mismas, permitirá medir la viabilidad de cada línea estratégica, convirtiéndose en proceso cíclico de mejora e implementación; donde es sumamente importante mantener apertura y tolerancia en la toma y cumplimiento efectivo de las decisiones.

A su vez, para la ejecución, los mecanismos de financiamiento deben ser revisados exhaustivamente, abriendo puertas más allá de los mecanismo de financiación tradicional, por ejemplo la incorporación de fuentes de financiación alternativa como las  Asociaciones Públicas Privadas y Crowdfunding; por tanto, la experimentación y desarrollo de instrumentos que favorezcan la inversión privada, sin menoscabar los derechos culturales, sociales y económicos de la población, serán de gran importancia e impacto en la discusión a escala local (municipal) y nacional para la consolidación e incluso replicabilidad de la presente propuesta de gestión y planificación de territorios socio- productivos.

Posibilidades de vínculos y mejoras en el hábitat de los minifundistas
Posibilidades de vínculos y mejoras en el hábitat de los pequeños productores

Discusión de los resultados. Rurbanismo Socio- productivo, una posibilidad para el reconocimiento integral del territorio.

La hipótesis de esta pesquisa e idea de proyecto expone que la generación de redes rurbanos socio- productivas desde la base social logrará con el tiempo impulsar cambios en las agendas de gobiernos locales evidenciándose de forma tangible en la revitalización de bienes municipales ambientales e infraestructurales.

En un sentido amplio, se comprende que en diversos países la inserción de políticas bioeconómicas y de gobernanza multinivel han ayudado a la generación de cambios positivos en los territorios; se aborda entonces en el presente documento desde una perspectiva cualitativa el múltiple abanico de acciones que con la correcta autogestión y decisión de los habitantes pueden generar sinergias y por ende cambios en la concepción de la toma de decisiones y planificación de las diversas unidades territoriales.

Empero se ha dejado en claro que la implementación y éxitos de la propuesta dependerá del grado de compromiso de los individuos e instituciones y de la atmósfera de colaboración suscitada entre los actores que se albergan en cada tipo de unidad de paisaje. Por tanto, la implementación de la propuesta desde la óptica de la gobernanza se deberá tener en cada Red Rurbana Socio- productiva mínimamente lo siguientes atributos:

  • Transparencia
  • Responsabilidad
  • Rendición de cuentas
  • Participación
  • Capacidad de respuesta a las necesidades de los involucrados.

Desde el punto de vista de la agrobiodiversidad, de las industrias culturales y creativas y actividades económicas en general, se precisa que cada unidad territorial revalorice sus recursos endógenos; es decir la generación de catálogos que muestren el capital agrícola, ambiental y humano existentes, a partir de los cuales se valore su estado actual y se reinterprete cada uno de los patrones de producción, tomando en cuenta los involucrados y los efectos sobre el medio. Esto es crucial para la toma de decisiones, monitoreo, evaluación y seguimiento de las estrategias a implementar.

Por tanto, hablar de Rurbanismo Socio- productivo implica una aproximación a la comprensión de los procesos complejos enclavados en cada unidad de paisaje o unidad territorial que compone un área administrativa; constatándose las interrelaciones productivas entre sus actores y el despliegue de infraestructura vinculada que sirve de sustrato para la generación de modos de habitar; por tanto éste se convierte en un método que responde a la heterogeneidad, complejidad, multidimensionalidad y multicausalidad de las lógicas y prácticas productivas, sociales y culturales del territorio en cuestión.

Conclusiones

En Nicaragua, el acceso a datos censales recientes especialmente de las áreas rurales es una tarea pendiente, así mismo la correlación entre datos de población, producción agroalimentaria, dieta alimenticia, salud, biodiversidad, equipamiento, entre otros; es prácticamente nulo lo que trae consigo sesgos en la comprensión de las complejidades de las interrelaciones en el territorio. Por tanto es clave la búsqueda de alternativas metodológicas para la caracterización integral del territorio en dependencia de sus valores ambientales, culturales, sociales, históricos y económicos.

El ordenamiento y la planificación del territorio comúnmente se ejecutan con una visión Top- Down y con énfasis en la satisfacción y resolución de las necesidades de las áreas urbanas; a la luz de la contemporaneidad, donde el cambio climático asecha y las transformaciones globales se aceleran con la irrupción de nuevas tecnologías, es preciso que cada actor desplegado en el territorio asuma sus obligaciones y reconozca sus derechos a fin de catalizar mediante la autogestión una serie de cambios en la gobernanza de los territorios.

El tránsito hacia sociedades y territorios más equitativos, en contextos convulsos como son los de América Latina, requieren de actores más informados, críticos y participativos en las actividades de producción y consumo; que impulsen mediante pequeñas acciones (Bottom- Up) la reestructuración de las obsoletas redes y cadenas de producción que benefician la acumulación del capital y visión extractivista del territorio.

Finalmente, a lo largo de esta pesquisa, se evidenció la correlación entre alimentación- economía- territorio, trinomio que impacta en múltiples niveles de las formas de habitar; a nivel de gestión y políticas, su correspondencia o discrepancia genera abruptos patrones de segregación y estigmatización que laceran los derechos de habitar saludable y seguramente que todo ser humano posee, sin dejar atrás temas contemporáneos como las formas interespecies de convivencia y los derechos de elementos ambientales indispensables para el sostén de la vida como el agua y el aire.

Por tanto, se precisan instrumentos de planificación y gobernanza flexibles, o mejor expresado se precisa de actores flexibles, dispuestos a la implementación e inversión en monitoreos y evaluaciones constantes de las políticas aplicadas en los territorios, a fin de no aplicar fórmulas como panaceas de “desarrollo”; en cambio se promueva el reconocimiento de la biodiversidad y capital endógeno de cada unidad territorial, a fin de brindar posibles acciones de mitigación o resolución, junto a la promoción de la investigación de los fenómenos, a fin de anticiparse a la obsolescencia de los sistemas.

Referencias bibliográficas

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