Las ciudades se encuentran experimentando un vertiginoso crecimiento demográfico y se espera que hacia 2050 el 90% de la población de LATAM viva en ciudades. En Argentina, ya lo hace el 92%, posicionando a la Ciudad de Buenos Aires como una de las ciudades más populosas del mundo. Esta densificación supone un impacto directo en lo que respecta a la generación de residuos y obsolescencia urbana, lo cual deriva en contaminación medioambiental y pérdida de la biodiversidad. En este contexto, la pregunta que surge es:
¿cómo podemos favorecer la integración de naturaleza y ciudad en el tejido urbano sin que esto implique una reducción de la densidad urbana?
01. EL METABOLISMO URBANO
Tendencias y dinámica poblacional a nivel global
Podemos decir que donde antes parecía haber un cierto equilibrio entre lo urbano y lo rural, hoy ya no lo es tanto. Pero ¿de qué tipo de equilibrio hablamos?
El equilibrio o desequilibrio en las ciudades se basa en el modo de empleo de la energía y los recursos, siendo el mundo rural fuente de los mismos. A mayor crecimiento poblacional, mayor consumo y consumismo donde las ciudades requieren de flujos cada vez mayores de energía y materia para mantenerse con un sistema basado en el extractivismo. Todo esto a una frecuencia cada vez más alta, lo cual amenaza el vínculo entre lo urbano y lo rural y, en definitiva, la propia existencia.
Encontrar el equilibrio perdido en un contexto de creciente densificación es un desafío. Debemos olvidar la idea romántica de la naturaleza como un paisaje virgen e idílico y reconfigurarla con las lógicas actuales, como una naturaleza “operativa” o “funcional” que incorpora su obsolescencia y reprograma sus espacios, buscando restaurar un sistema que , en definitiva, involucra el futuro de nuestra especie.
La expansión de la mancha urbana en un contexto de crisis climática
En Buenos Aires, la mancha urbana crece más rápido que su población. Esta “huida” hacia la periferia es un fenómeno que se vio acrecentado post-pandemia, ya
que la población priorizó los espacios verdes y abiertos por sobre el cemento de la ciudad, lo cual se hizo posible gracias a la modalidad virtual propuesta por el contexto laboral.
Este crecimiento “expansivo” o de “salto de rana” (leapfrog development) genera problemáticas no solo en la eficiencia de la infraestructura urbana, sino también de segregación social y en el impacto climático.
La infraestructura verde como sistema de soporte urbano
Así como el término “infraestructura” hace referencia a obras realizadas por las personas en el entorno (urbano o natural) que dan soporte y brindan servicios para el funcionamiento de la ciudad misma, el concepto de infraestructura verde urbana, surge como combinación de infraestructura gris (sistemas de alcantarillado, sistemas de drenaje, etc.), infraestructura azul (ríos, lagos, redes de canales, etc.) y verde (parques, reservas, cobertura vegetal, etc.) como una red de áreas naturales y semi- naturales planificada estratégicamente, diseñada y gestionada para lograr una gran amplitud de servicios ecosistémicos y proteger la biodiversidad tanto en entornos rurales como urbanos, ayudando a mitigar así los efectos del cambio climático (isla de calor, inundaciones, pérdida de la biodiversidad, entre otros).
02. LA OBSOLESCENCIA COMO OPORTUNIDAD
La obsolescencia urbana
Las propias dinámicas de las ciudades provocan la generación de obsolescencia. Los acelerados avances tecnológicos y las nuevas formas de movilidad hacen que aquellos usos y funciones que en una época y contexto determinado parecieran vitales para la supervivencia urbana, se conviertan en espacios residuales unas décadas después.
Ejemplo de esto son las estaciones de servicio o gasolineras, paradigma del siglo XX ligadas a la masividad del uso del automóvil, que hoy cumplen un siglo de historia y se empieza a avistar su extinción a partir del reemplazo de la energía que se está dando actualmente del combustible/gas hacia la eléctrica.
Asimismo, se está sucediendo un desincentivo en el uso del automóvil, promoviendo los medios de movilidad sustentables como ser las bicicletas o monopatines, lo cual viene también relacionado con la planificación de la ciudad de 15 minutos, donde las distancias se acortan y ya no es necesario recorrer largos trayectos para arribar de la casa al trabajo o a los servicios esenciales.
Otro ejemplo concreto es el de los cajeros automáticos o ATM, también nacido a mediados del siglo XX como medio para realizar transacciones de dinero en formato papel. A partir de la revolución tecnológica de este siglo, se comienza a dar la digitalización y despapelización global, promovida también como una forma de “conciencia ecológica” de la no producción de celulosa. A partir de las nuevas “billeteras virtuales” con transacciones on-line desde los dispositivos móviles u ordenadores, se produce el cierre de múltiples sucursales de ATM o cajeros automáticos y la pre- visión del final definitivo de las mismas.
También se dio un fenómeno respecto a la reducción del uso del automóvil a partir de la pandemia generada por el Covid 19 que derivó en el cierre de muchos garajes comerciales, sobre todo en los localizados en zona central, donde las oficinas también debieron verse reconvertidas.
En relación con la digitalización también comenzaron a verse cerrados muchos puestos de diarios/periódicos y los que no cerraron tuvieron que reinventarse como puestos de venta de objetos variados.
Reciclaje y reprogramación: tangible e intangible
Pero ¿qué hacer con esta obsolescencia urbana?. Es importante mencionar que los residuos de construcción representan en muchos países el 50% o más de los
residuos totales generados y con este escenario no hay nada menos eficiente que desechar. Muchas ciudades -entre ellas Buenos Aires- se encuentran en implementación del lema “Basura Cero” donde la premisa es Repensar, Reutilizar, Reducir y en última instancia Reciclar. También hay arquitectos que ya hace tiempo vienen trabajando en proyectos que responden a necesidades éticas y las vulnerabilidades sociales de siempre y que han incorporado la conciencia ecológica y preocupaciones climáticas de los últimos tiempos.
La osbolescencia programada: promover la deconstrucción
Imaginemos estructuras diseñadas para poder ser totalmente desmontadas y reutilizadas para un nuevo fin. O estructuras de uso temporal donde dependiendo la estación, día u horario del año se utilizan para uno u otro determinado fin.
Ahora escalemos este concepto a las ciudades. En muchos países se llevan a cabo celebraciones que generan la congregación masiva de personas que, debido a que llegan a ocupar áreas de terreno muy grandes, se construyen ciudades temporales, específicas para el evento que está por desarrollarse.
Diseñar a partir de lo disponible, previendo una determinada vida útil como una “obsolescencia programada” ¿no es acaso un cambio de paradigma en la forma de concebir el urbanismo y la arquitectura misma?.
03. ÁREA DE ACCIÓN: LA COMUNA 8 – BUENOS AIRES
La Comuna 8: una nueva subcentralidad
Si analizamos los diversos escenarios de densificación en cuanto a las tendencias, problemáticas y oportunidades podemos identificar en la zona sur de la ciudad de Buenos Aires y por ende, en la Comuna 8 que la oportunidad de densificación en este caso se presenta como una oportunidad natural. Esto significa que es un polígono donde el crecimiento es aún bajo, pero contiene grandes áreas de oportunidad de densificación y podría llevarse a cabo sin demasiados incentivos.
Entre las condiciones que se presentan que hacen de la Comuna 8 un área potencial para convertirse en nueva subcentralidad, podemos destacar:
- Capacidad de densificación poblacional y constructiva remanente
- Posibilidad de constituirse como centro barrial, eje comercial y de servicios, además de su función residencial.
- Sectores con espacio público capaces de absorber la demanda
- Parcelas de gran tamaño, manzanas atípicas y grandes predios que se diferencian de la trama tradicional urbana.
- Predios en estado de abandono o subutilizados.
- Accesibilidad buena.
- Uso acotado de sus funciones en un horario determinado del día, así como un tipo de usuario concreto, lo que ocasiona períodos extensos de vacancia.
Estrategia de intervención urbana
La Comuna 8 es un área con diversas problemáticas de tipo socioeconómicas y marcada diferencia en relación a la zona central y norte de la ciudad de Buenos
Aires, pero a la vez con un potencial único para convertirse, no solo en una nueva subcentralidad como se mencionó anteriormente, sino también en un nodo de alta biodiversidad en la ciudad.
A partir de la detección en el polígono de acción de los espacios en estado de obsolescencia y de las piezas características detectadas, se propone una serie de
reprogramaciones asociadas a las necesidad específica de su entorno inmediato. Se establece, por tanto, una matriz que clasifica estos espacios por escala, grado de flexibilidad y temporalidad de obsolescencia y se propone una serie de programas asociados a los desafíos urbanos actuales: adaptación climática, energías
renovables, densidad, calidad de vida, ciudad diversa e inclusiva y social y activa.
Asimismo, podemos englobar estas propuestas de nuevos programas en ciertos ejes: hídrico, del suelo, del aire, programático y ubicarlos en relación a la pieza urbana donde se encuentran insertos o próximos.
04. UN PLAN MÁS AMBICIOSO
Implementación: una red de sistemas operativos
Con el fin de realizar una hipótesis de funcionamiento de esta serie de reprogramaciones como sistemas interrelacionados, se propone un plan de etapabilización posible para el futuro próximo que va desde 2025 al 2050 en 9 etapas:
Etapa 1: Activación de los pabellones y microestadio del Parque Olímpico para generar eventos masivos, que se encuentran disponibles en los períodos donde no se realiza un torneo o bien en estado de vacancia absoluta. Asimismo, se promueven eventos al descubierto en las infraestructuras del Parque de diversiones abandonado en el Parque de la Ciudad. Esta primera etapa deberá venir asociada de una replanificación de las redes de transporte que actualmente se presentan mayormente en dirección este-oeste y norte-sur, para promover la vinculación oeste-sur de la ciudad. medioambiental y sus sistemas naturales potenciados.
Etapa 2: Filtraje del agua. En una segunda etapa se propone la reprogramación de un espacio para filtraje y depurador del agua del riachuelo.
Etapa 3: Huertas-composteras. Reprogramación de espacios en huertas y composteras urbanas. El dispositivo para filtraje de agua planteado en la etapa 1 podrá funcionar en conjunto con las composteras para abono-riego de las huertas.
Etapa 4: Reservorio de agua. Reprogramación de espacio como reservorio de agua de lluvia. Funciona en conjunto con un dispositivo de filtración de agua.
Etapa 5: Bosque Urbano. Reprogramación de espacio con plantaciones de árboles y especies nativas. Actúa como colchón acústico en borde de autopista funcionando en conjunto con el reservorio y filtro de agua para el riego del mismo.
Etapa 6: Viñedo urbano. A partir de los cultivos de vid generados en el bosque urbano, se refuncionaliza un nuevo dispositivo para viñedo urbano, reproduciendo esta especie.
Etapa 7: Puesto de acopio. La vuelta al mundo del Parque Interama se desmonta y sus piezas de trasladan al dispositivo de acopio. Todos los materiales reciclables del entorno que se deseen descartar, deberían ir a este puesto para poder darles una segunda vida útil.
Etapa 8: Apicultura Urbana. Se plantea una estructura que pueda montarse en un dispositivo existente, que pueda ser generada a partir del reciclaje de los materiales del puesto de acopio, con el fin de generar la producción de apicultura.
Etapa 9: Enseñanza y aprendizaje. Se propone la reprogramación de un espacio central que funcione como “Escuela verde” donde pueda capacitarse al barrio sobre reciclaje. Se prevé que al finalizar esta serie de etapas, la Comuna 8 se inscriba como un polígono de alta biodiversidad, con esta serie de dispositivos operativos de restauración medioambiental y sus sistemas naturales potenciados.
Modelo de Gestión
Para planificar el proceso de activación de los dispositivos y evaluar su real beneficio, se establece un mapeo de los actores clave de la Comuna que incluyen organismos públicos (ambientales, sociales y educativos), entes privado, organizaciones del tercer sector y por supuesto los vecinos del barrio.
Se plantea a su vez una serie de fases que van desde la comunicación y el consenso (Fase 1) donde se presume que las escuelas puedan destinar parcialmente su
infraestructura para capacitación de la comunidad sobre políticas medioambientales, reciclaje y limpieza de ríos hasta el monitoreo y evaluación de la propuesta (Fase 6), que incluye la recopilación de datos y buenas prácticas para la corrección de errores ó reasignación de usos según necesidad.
El río y la Ciudad de Buenos Aires: Un plan más ambicioso
La Ciudad de Buenos Aires tiene un vínculo -o mejor dicho, una falta de vínculo- con su río y es que históricamente le ha dado la espalda. Este hecho trajo como consecuencia un ciclo en el que a menor percepción y relación con el mismo, mayor fuente de contaminación, la cual derivó en la ordenanza de “prohibido bañarse” por décadas.
Hoy hay diversos planes del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que de a poco intentan recuperar la relación con el Río. A su vez, son muchas las reservas ecológicas que se encuentran a orillas del río de la plata también en el área del conurbano bonaerense que, como patrimonio urbano natural deben ser preservadas sobre todo en este contexto de crecimiento demo- gráfico y peligro en la extinción de especies vegetales y animales.
La propuesta de constituir un nodo de alta biodiversidad en la zona sur, por lo tanto, responde a esta idea de que el vínculo entre estos focos de alta riqueza medioambiental genera una red que fortalece y actúa como “buffer” de zonas que se encuentran en proceso de densificación y vertiginoso crecimiento poblacional.
“Obsolescencia y reprogramación en la ciudad próxima: la comuna 8 – Buenos Aires” ofrece una alternativa a la reutilización desde la reprogramación de espacios en desuso, pero deja abierto este planteo a explorar diversos caminos de obsolescencia urbana como puede ser la del suelo, intentando detectar lo no-construído dentro de la trama urbana (como un mapa Nolli de llenos y vacíos urbanos) y empezar a trabajar en esta reprogramación desde un patchwork de usos, texturas y layers.
Se busca generar un caso testigo de restauración y desarrollo del entorno a escala urbana y territorial, a partir de la reprogramación y aprovechamiento de la obsolescencia, siendo este proceso tan replicable como tantas problemáticas existan para cada ciudad a nivel global.