Networking Tacarigua: Modelo de Ciudad en Redes Hidrográficas para Maracay, Venezuela
Agua: Fuente de Vida, Problema Urbano
El origen de toda la vida puede trazarse hacia el agua. Es un elemento indispensable para la subsistencia de todo organismo que habita el planeta tierra. Para la humanidad, el agua siempre ha estado presente, con la creación de las ciudades y primeros asentamientos, recurrir a una fuente del vital líquido era una tarea obligatoria para la planificación de cualquier centro poblado. En su esencia las ciudades guardan una especial relación simbiótica con los ríos y, las primeras ciudades Uruk y Ur en las riberas del Río Éufrates e incluso Mesopotamia entre el Éufrates y Tigris demuestran este hecho. Los revolucionarios acueductos del Imperio Romano lograron satisfacer la necesidad de brindar agua a una creciente metrópolis, cuyos ríos no bastaron para cumplir la demanda, y esta idea será recuperada luego de la Revolución Industrial y el auge del Urbanismo acelerado de que trajo consigo la Modernidad.
A pesar de la actuación de las ciudades con sus lógicas extracción-desecho, que afectan a los territorios en escalas planetarias, es necesario comprender las limitaciones del agua como recurso. Solo el 1% de todo el elemento disponible en el mundo, es apto para consumo de las especies terrestres. Adicionalmente, los ciclos del agua se han vuelto anormales gracias a los efectos del Cambio Climático, produciendo temporadas anormales que se alternan entre sequías extremas y lluvias intensas. Las ciudades latinoamericanas se ven particularmente afectadas por estos fenómenos de origen antropológico, y sufriendo, cada vez con mayor frecuencia, de desastres naturales asociados con el agua. Esto plantea como propósito la investigación de la relación ciudad-hidrología como una pieza fundamental en el desarrollo de los urbanismos próximos, y cuyo objetivo desenlace es el planteo de posibles escenarios que recuperen la esencia original en la relación simbiótica que las primeras ciudades plantearon con sus ríos.
El Agua como Recurso
El ser humano en su campaña de apropiación y control de los recursos terrestres, ha conseguido dominar y urbanizar casi la totalidad de los siete continentes que forman la masa terrestre del planeta. En los continentes habitan alrededor de 6,5 millones de especies, lo que compone la mayor biodiversidad en la Tierra. Este dominio y conocimiento de la masa terrestre, habitable, se pone en contraste con el saber humano de los mares y océanos, el cual es menor incluso, que el conocimiento del espacio exterior.
Los océanos están compuestos por agua salada en un total de 70% que cubre la superficie de la tierra, y en ellos se originó toda la vida existente en el universo conocido. Esto plantea la importancia de reconocer la indispensabilidad del agua como un recurso, ya que la preservación y legado de la vida está directamente relacionado con esta. Además de los océanos, sin embargo, existen otras fuentes de agua, de la cual los habitantes terrestres dependen. El agua dulce se encuentra fuera del mar, solo existe en tierra firme, aquella que ha sido dominada por el ser humano. Esta existe gracias al ciclo del agua, y su formación se da a través de cuencas hidrográficas. Así se muestra otra faceta del recurso hídrico, en territorio terrestre, que conforma una compleja red de flujos vitales para la vida. Robert Szucs ha representado en un mapa cada una de las cuencas que conforman los siete continentes, y a través de este se visibiliza una capa necesaria para abordar el estudio de ciudades.
Cuando se toma en cuenta que el agua representada en el mapa de Szucs es solamente el 2% de la totalidad del líquido en la tierra, es que logra apreciarse el hecho que la mayoría de la biodiversidad del mundo es dependiente de la menor cantidad de agua apta para consumo, y hace que sea un recurso altamente limitado. Desde el punto de vista del agua como recurso, Sudamérica es la región más privilegiada, ya que cuenta aproximadamente con la combinación total de sus cuencas hidrográficas, aguas subterráneas y glaciares, con el 26% de todo el planeta.
Cuencas Hidrográficas
En consideración con la formación de los ríos que hacen ciudad, y de la limitación de agua dulce en el mundo, el enfoque sobre Sudamérica ofrece una perspectiva particular respecto al tema hídrico. El continente posee 6 grandes cuencas hidrográficas que forman algunos de los ríos más importantes del planeta. Estos son: Amazonas, Caura, Orinoco, Paraná (Río de La Plata), San Francisco y Tocantins. Cuatro de estos grandes ríos se encuentran en el territorio brasileño, lo cual hace que sea el país con el acceso a la mayor reserva de agua dulce en el mundo. También existen cuencas de menor escala, la mayoría desemboca en el mar caribe o en los océanos atlántico y pacífico.
A pesar de la gran riqueza y acceso al agua, en los países de Sudamérica abundan las poblaciones con abastecimiento insuficiente al recurso. Los motivos varían de caso a caso: algunos han perdido sus fuentes debido al cambio climático, otros gracias a la extracción y desviación de los cauces para satisfacer ciudades de mayor escala. Este manejo del agua ha reconfigurado el territorio y a sus habitantes, creando incluso un aumento de migración de los asentamientos rurales hacia el seguro cobijo de lo urbano y los servicios que se allí se proveen.
Por lo tanto, se tienen ciudades altamente densas en población, con sus propios problemas de abastecimiento de agua, y con ríos urbanos aprovechables que ahora permanecen en estado de obsolescencia. Para todos los casos se requiere de un manejo más inteligente del agua, si se toma en consideración que el futuro bien puede presentarlo como un recurso escaso y que pondría en riesgo a grandes cantidades de seres vivos.
Lógica Fractal Sudamericana
Las cuencas forman una secuencia fractal definida por la topografía. Esto permite el estudio territorial a partir de como el agua corre a través de los sectores urbanos, y en un sentido multi escalar. Ya que es posible comprobar el movimiento del agua observando la topografía y los afluentes, también hace posible la evaluación y resolución de problemas en la ciudad desde las cuencas de sus ríos urbanos.
En base a esto, se puede considerar Sudamérica como una gran región hidrográfica clasificada en las seis grandes cuencas especificadas anteriormente. A cada cuenca se define un territorio, diferente a las fronteras políticas que normalmente dividen las naciones, y estos territorios hidrográficos crean sus propias subdivisiones naturales, bajando en escala progresivamente. Redibujar los mapas territoriales en función del agua cambia la perspectiva hacia urbanismos de escalas manejables en problemáticas medioambientales en común.
Venezuela en gotas
Venezuela es un país ubicado al norte de Sudamérica, tiene como frontera el Mar Caribe al norte, Colombia al oeste y sur, Brasil al sur y Guyana al este. El territorio nacional está compuesto en mayor parte por la cuenca del Río Orinoco y se le adjuntan las cuencas del Lago de Maracaibo, Lago de Tacarigua, Río Esequibo y Mar Caribe. El Orinoco es a su vez el cuarto río más largo de Sudamérica y el tercer más caudaloso del mundo. Estos motivos hacen que Venezuela sea uno de los países privilegiados con grandes recursos hidrográficos, con un aproximado de 1325 Km3 de volumen de agua dulce.
También comparten las ciudades los mismos problemas: grandes concentraciones poblacionales con fuentes hídricas que no logran abastecer la demanda, requiriendo la extracción de fuentes externas y relegando las aguas urbanas a fondos de parcelas y edificios. Esto, incluso, ha probado ser insuficiente como una solución adecuada y muchas ciudades siguen careciendo de agua potable por largas temporadas, recurriendo a racionamientos del servicio tanto en poblaciones rurales como grandes ciudades, incluyendo Caracas, capital de Venezuela.
Las problemáticas no se limitan a la ausencia de líquido, se extienden hacia el exceso del mismo. Alrededor del 28% (Prado, 2023) del territorio nacional se encuentra en riesgo de desastres hidrometereológicos tales como tormentas, lluvias extremas e inundaciones y movimientos de masa como deslizamientos, derrumbes y deslaves. Esto demuestra la fragilidad que el territorio enfrenta y la necesidad de presentar respuestas que atiendan a las poblaciones vulnerables.
La inacción por parte de los organismos públicos por elaborar estudios abiertos a la población, y la elaboración de infraestructuras que midan las potencialidades del agua, forman gran parte de las consecuencias de los desastres que han padecido diversas poblaciones en Venezuela durante los pasados 25 años, que han acabado con vidas, paisajes y urbanismos enteros.
Para paisajes de gran extensión y complejidad, se plantea necesario abarcar un contexto de estudio manejable que permita tener una muestra urbana acotada, con suficiente posibilidad de construir una imagen del lugar, sus desafíos y posibles soluciones.
El Lago de Tacarigua
Entre las diferentes cuencas de Venezuela, el Lago de Tacarigua es única en su tipo. Es una cuenca endorreica, por lo cual no tiene salida al mar como la mayoría de cuencas exorreicas que existen en el mundo. En este territorio todas las aguas de precipitaciones confluyen en ríos intermitentes que depositan en el lago. Su ubicación es en el centro-norte de Venezuela, en la zona geográfica denominada Cordillera de la Costa y forman un amplio valle de tierras fértiles conocidos como los Valles de Aragua.
El ecosistema que se crea en la región es único, de la misma forma que lo son sus lógicas. Los valles definen y a su vez son definidos por el lago. La población que habita la cuenca es de 3.3 millones de habitantes, distribuidas en varias ciudades y poblados de los cuales los principales son Maracay y Valencia, que en conjunto forman una amplia conurbación al norte del lago.
El cuerpo del lago en sí, se extiende 350 Km2 en superficie y alberga un volumen de 13 Km3 de agua. Teniendo en cuenta que esto hace del lago el reservorio de agua dulce más grande del país, se puede en teoría surtir a 800.000 hogares, o unos 3.5 millones de habitantes en promedio, cifra que supera a la población actual de la cuenca.
Sin embargo, el abastecimiento que utiliza el agua del Lago de Tacarigua es una propuesta inviable en el presente, a causa de que existe un alto grado de contaminación en la totalidad de sus aguas. Esto es causado por las ciudades, que siguen el modelo moderno tradicional de consumo y desecho, y las aguas servidas generalmente terminan en las quebradas, ríos y finalmente en el lago sin un tratamiento descontaminante previo. Los agentes contaminantes son de origen doméstico, industrial y agrícola, generalmente clasificados en residuos sólidos en suspensión, material químico, metales pesados, plásticos, materia orgánica y otras sustancias tóxicas, lo cual ha impactado negativamente en la biodiversidad y creando un ambiente adecuado para la proliferación de bacterias y organismos nocivos para la salud.
Se debe considerar sumado a la contaminación y los efectos negativos sobre la población, el aumento descontrolado del nivel del lago. Gracias a la inadecuación de utilizar las aguas para servir a las ciudades, estas extraen aguas de fuentes externas a la cuenca en los embalses del Río Pao, que pertenece a la cuenca del Orinoco. Originalmente el Lago de Tacarigua tenía un nivel fluctuante más alto, que con los efectos de la urbanización del valle fue disminuyendo y la ciudad ganando tierras. Durante el período temporal de mayor nivel, las aguas excedentes drenaban hacia el Orinoco, sin embargo, esta relación quedó cortada y las nuevas aguas que provienen de otras cuencas no tienen lugar por donde drenar, superando la absorción de la tierra y la evaporación posible por medios naturales.
Como resultado el panorama actual es de un gran reservorio de agua dulce obsoleto, altamente contaminado, que representa un grave problema medioambiental y que amenaza a los centros urbanos y campos agrícolas que le hacen borde.
Tradición y simbología de un Cuerpo de Agua
El Lago, antes de obtener su reputación actual directamente relacionada con la contaminación, fue objeto de diferentes interpretaciones culturales a lo largo de los pasos humanos por el valle. Las tribus indígenas nómadas atravesaban la cordillera de la costa entre las poblaciones costeras de Choroní, Chuao, Ocumare y las tierras que para 1705 verían la fundación de Maracay. Estas tribus tuvieron un desarrollo importante en agricultura, así como la creación de diversas figuras antropomórficas de la cual destaca la llamada Venus de Tacarigua, que indican los hallazgos fue interpretada como una diosa que representaba el Lago en sí mismo. Estudios antropológicos indican que algunos miembros alteraron su apariencia en búsqueda de asimilarse a la figura de la Venus. Estos hechos demuestran el impacto que tenía este cuerpo de agua como una presencia divina, que en la imagen colectiva indígena era benefactor de las tierras fértiles y las buenas cosechas que gozaban aquellos moradores.
Con la llegada de los colonizadores a Venezuela, todavía se tiene una imagen de un lago de gran belleza y que ofrecía grandes virtudes a todos los hacendados que aprovechaban de continuar el legado agrícola. En otros tiempos el lago sirvió de refugio para los habitantes de Valencia en su huida de la campaña del tirano Lope de Aguirre. Las mismas islas que hicieron de refugio se convirtieron en prisión, hasta su traslado a centros más aptos, viendo de esta manera la última imagen positiva del lago como un recurso turístico y de entretenimiento, cuando se organizaban excursiones y navegación por sus aguas. El creciente problema de contaminación, sin embargo, hizo que cualquier potencial de turismo, balneario o expedición quedara fuera de consideración, y de esta manera la imagen colectiva actual del lago ha quedado construida en su suciedad.
Lógica Hidrológica de las Ciudades
Ante el panorama actual de ciudades que fallan en la implementación de políticas de gestión medioambiental, se produce un ambiente frágil en la región, ideal para el desenlace de desastres asociados al agua. Las situaciones de alto peligro para la ciudadanía se responsabilizan en acciones humanas sobre sus entornos urbanos: la impermeabilización de los suelos y el trasvase de aguas del río Pao son causantes del aumento de nivel del lago, la gestión deficiente de las aguas servidas y los desechos sólidos causan la contaminación de los cauces y los incendios descontrolados en los bosques de cabecera de las montañas del valle ocasionan la debilitación de la materia orgánica y el arraigo de la tierra, provocando deslaves o aludes que arrasan con la ciudad.
El cambio climático también desarrolla un rol importante en la gravedad y frecuencia de estos desastres, con fenómenos meteorológicos como El Niño y La Niña alternando temporadas prolongadas de sequía con lluvias intensas que precipitan en menor tiempo un mayor volumen de agua.
Las lógicas que se rigen en las ciudades de la cuenca, por lo tanto, están basadas en situaciones insostenibles de extracción, desperdicio e ignorancia de los recursos hidrológicos naturales. Es un hecho que las soluciones construidas para resolver dichos problemas son inadecuadas y no están dirigidas a la causa, sino a la respuesta inmediata de una enfermedad que continúa proliferando. En la ribera del lago se han creado murallas y diques de contención para salvar algunas urbanizaciones del avance del agua, lo que provoca la inundación de sectores agrícolas y vías cercanas al margen, y donde finalmente persiste la problemática sin soluciones basadas en la naturaleza propia del origen.
Con esto, se busca cambiar la lógica urbana en los aspectos concentrados en la relación con la naturaleza del lugar y no en la preservación de la forma urbana y del estilo de vida que actualmente mantienen los ciudadanos e industrias. Para ello es necesario repensar el significado de río urbano, qué es la cuenca, cuál es su alcance, cuáles problemas afectan a la ciudad desde y para el río, y cómo soluciones locales pueden generar impactos positivos en una mayor escala.
Maracay
El Valle
Maracay es una ciudad que presenta una condición directa con el Lago de Tacarigua. Se ubica en el noreste, en una planicie del valle y que bordea al norte con la cordillera que forma el Parque Nacional Henri Pittier. Este es un importante bosque húmedo con una biodiversidad única, así como poseer el rol de santuario de paso para las aves migratorias, ganando la reputación de ser uno de los lugares con mayor diversidad de aves en el continente americano.
Las actividades agrícolas e industriales hacen que esta sea el segundo motor más importante de Venezuela, seguido de Valencia, reforzando la importancia de la región para la producción y economía nacional. Este aparato del sector secundario forma un eje que se extiende por el valle en sentido este-oeste y ocupa una considerable extensión del sur de la ciudad, la cual es dividida por la Autopista Regional del Centro, la arteria vial más circulada e importante del país.
Con las dinámicas actuales se tiene una ciudad de escala intermedia con una población aproximada de 420.000 habitantes, asentada en un valle fértil con importantes reservas de agua, un ecosistema y biodiversidad únicas, y un desarrollo industrial clave para toda la región.
La industria, sin embargo, ha sufrido graves repercusiones por la crisis económica padecida en Venezuela, con resultados alarmantes que debilitan a la ciudad y la dejan sin producción en ningún rubro, en un estado de especulación. Esto forma una obsolescencia del sistema productivo de la ciudad y que afecta al principal contaminante de los recursos hídricos, mientras operan con los niveles mínimos de mantenimiento posible. La agricultura en el valle se caracteriza por una variedad de especies autóctonas y variadas, de las cuales se generaban ingresos previos a la urbanización e impermeabilización de los suelos productivos, antiguas haciendas. Entre las especies más resaltantes se encuentra el bambú, la caña de azúcar, tomate, plátano, café, cacao, maíz, arroz, tubérculos y algodón.
Los Cuatro Ríos
La ciudad es atravesada por cuatro ríos intermitentes y múltiples quebradas afluentes de estos. De este a oeste: Río Turmero, tiene su origen en las montañas de Turmero, una zona mayormente agrícola, y recorre este urbanismo pasando por varios barrios del sur de Maracay y coincide en el lago con el Río Madre Vieja, que nace en lo alto de la carretera hacia Choroní, y lo alimentan las quebradas Palmarito, el Río El Castaño y el Río Las Delicias, cuenta con un dique construido durante el gomecismo para abastecer a la ciudad de agua potable. El tercero es el Río Güey, que formaba la frontera natural del asentamiento original de Maracay por el oeste. Este nace por varias quebradas afluentes y sirven principalmente a los campos de experimentación agrícola de la Universidad Central de Venezuela, este río continúa por varios barrios densamente poblados y cercanos a su margen. Finalmente, el Río El Limón es alimentado por las quebradas Rancho Grande, Guamita, La Ceiba, Corral de Piedra, El Piñal, El Manguito, Valle Verde, Soledad y Las Mayas pasa por la zona llamada también El Limón y el sector de Caña de Azúcar, para marcar la frontera de la ciudad con la Base Aérea Sucre y los almacenes de armamento CAVIM.
Los ríos de Maracay dependen solamente del volumen de agua por precipitación, con temporadas donde no hay flujo, y otras donde rebasan su nivel e inundan zonas urbanas. Las zonas más afectadas son El Limón, El Castaño, Las Delicias al norte y Mata Redonda, San Vicente, Campo Alegre, Brisas del Lago al sur.
Miradas desde El Desastre
En Maracay han sucedido tres deslaves importantes durante su historia contemporánea. El primero, recordado como la Tragedia de El Limón, ocurrió el 6 de septiembre de 1987. Este desastre dejó 100 fallecidos y alrededor de 300 personas desaparecidas, así como miles de damnificados por la pérdida de hogares y edificios enteros. La mayoría de los restos del deslave formaron un amplio espacio, posteriormente camposanto o zona cero que se convertiría en el actual Parque Los Apamates. Pasaron 33 años para que el deslave volviera a ocurrir, nuevamente en el Río El Limón con una fuerte temporada de lluvias que excedió la capacidad de retención de la montaña. Durante ese año coinciden incendios forestales en la ladera sur del Parque Nacional Henri Pittier. El tercer desastre ocurre en el año 2022, apenas dos años posterior al último evento significante, cuando la Quebrada Palmarito ocasiona un deslave que arrasa con la Urbanización El Castaño, en la cuenca del Río Las Delicias o Madre Vieja, con 3 fallecidos.
El margen de tiempo entre los últimos deslaves, en conjunto con las predicciones de lluvias demuestran la fragilidad que afecta la región y la posibilidad de que los desastres sean más frecuentes e intensos cada año en Maracay. Esta desventaja afecta a las comunidades, que en su estado de vulnerabilidad actual no cuentan con los recursos ni acciones necesarias para recuperar sus pérdidas, quedando expuestas a un peligro constante.
Río El Limón: Flujos en Espacio y Tiempo
De los cuatro ríos que han sido estudiados, El Limón es el caso más emblemático para la ciudad. Es el que ha presentado mayores situaciones de desastre en Maracay, con dos trágicos deslaves, e incontables inundaciones en diferentes sectores urbanos. También es caudaloso, puesto a la cantidad de quebradas afluentes que le sirven. Estas razones sirven para considerarlo como ejemplo apto para la aplicación de un modelo de ciudad centrado en la hidrología. El objetivo es utilizar un río conocido por el colectivo urbano y del que se dispone suficiente investigación y datos previos para crear un primer proyecto que pueda replicarse a escenarios similares en otros ríos de la cuenca del Lago de Tacarigua.
Cuatro Tipologías Contextuales: Secciones del Río
Gracias a la extensión del río y de la cuenca, se propone la sectorización del mismo en cuatro grandes sectores, tomando en consideración las condiciones ambientales y urbanas que los diferencian entre sí. Esta estrategia permite concentrar acciones basados en las variables propias de cada sector propuesto.
De esta forma, el río se trabaja en la Cabecera, ubicado en las montañas del Parque Nacional y que ven el nacimiento del río en los diferentes afluentes. Esta zona protegida abarca la ladera sur de la cordillera, está principalmente formada por laderas de pendiente muy pronunciada que luego forman un valle inclinado donde se asienta El Limón, sector urbano compuesto por diversos barrios. Las diferentes quebradas que cruzan el sector alimentan el río y se caracterizan por ser profundos, estrechos y también con una pendiente tal que el agua fluye con relativa velocidad. Esta condición cambia en el Parque Los Apamates, cuando el valle se abre y el río gana mayor ancho y reduce su velocidad, por lo cual se denomina esta sección de río como la Planicie y marca un límite entre barrios construidos con viviendas de interés social y una franja de territorio de uso militar con almacenes de armamento. La sección de Planicie cambia con la Autopista Regional del Centro, una barrera creada por el hombre, y en el sur de la misma hasta la llegada al Lago de Tacarigua se denomina como el Delta del río. Esta zona es la más frágil a la inundación de sectores urbanos, así como contiene un importante conglomerado industrial, siendo el principal productor en la ciudad.
Micro a Macro: Herramientas para una Red Hidrográfica
Prevención. Mitigación. Adaptación.
El proyecto propuesto se basa en la elaboración de acciones sobre el Río El Limón para solventar sus diferentes problemáticas. Para ello, se clasifican una serie de herramientas que permiten la construcción de una Red Hidrográfica integrada a Maracay. Las herramientas cuentan con varios objetivos y se cruzan entre sí en diferentes capas. Las presentadas a continuación trabajan el marco temporal que afecta al río y las posibles acciones a ejecutar ante los eventos de desastres naturales asociados al agua.
Las acciones de prevención se presentan como aquellas que buscan evitar el desastre o reducir al máximo el riesgo e impacto en caso de que este ocurra. Se proponen cuatro:
- Sistema de monitoreo: En consideración con el flujo de agua provocado por el patrón irregular de lluvias, crear un sistema de monitoreo en la cabecera de la montaña a través de imágenes y sensores digitales con señal satelital, que permiten un chequeo constante del nivel de agua en las quebradas alimentadoras, así como la verificación del estado de la tierra y la capacidad de retención de líquido. El objetivo es encender alarmas de evacuación con suficiente marco de tiempo para la población, y de actuar con las autoridades locales en puntos clave del Parque Nacional para remover cualquier material peligroso que pudiera generar un deslave.
- Bajantes en bambú y piedra: Tanto el bambú como las piedras de río son materiales abundantes en la cuenca, y permiten la suficiente rigidez estructural para crear pequeñas represas que pudieran contener restos sólidos sin interrumpir el flujo del agua. Por las condiciones tropicales de la región, la vegetación crece con velocidad y abundancia, lo cual permite que el río pueda regenerarse con relativa facilidad. Estos retenedores funcionarían de manera distribuida, ubicándolos en las quebradas para disminuir la velocidad con la que baja el agua por las pendientes de la montaña.
- Barreras con porosidad: Para responder a la impermeabilización del suelo, se debe aceptar en las ciudades la existencia del agua y cohabitar con ella. La creación de barreras y suelos porosos que permitan la percolación al subsuelo reducirá el riesgo de inundación, así como facilitar el reservorio de fuentes y pozos subterráneos para abastecer la ciudad. Estas barreras buscan sustituir también las canalizaciones de concreto que se hacen en los ríos, que favorecen la proliferación de bacterias sin el debido mantenimiento de las superficies.
- Jardines de agua: En conjunto con la medida anterior, la creación de pequeños espacios de agua como urbanismo paisajista apoyan la percolación del agua al subsuelo y la creación de micro ecosistemas. Esto facilitará la proliferación de la vegetación y mayor absorción de agua utilizando especies hidropónicas, creando sombra y material orgánico para producción de alimentos o de biomateriales.
Las acciones de mitigación se proponen en escenarios posteriores al desastre, teniendo en cuenta un marco temporal inmediatamente previo, durante y luego de que este ocurra. El objetivo es probar la resiliencia de las comunidades afectadas y sus mecanismos de respuesta ante las situaciones desafiantes. En el presente proyecto los escenarios de mitigación buscan aprovechar los elementos provocados por deslaves e inundaciones como un activo para la ciudad que le permita seguir funcionando y produciendo incluso en momentos de adversidad.
- Mallas porosas de piedra: El objetivo es crear elementos que filtren y retengan material peligroso en las cabeceras de las quebradas. Aprovechando residuos rocosos de deslaves, estas mallas permiten el flujo de agua, así como permiten la formación de pequeñas planicies en la pendiente del río, reduciendo la velocidad y acumulando agua superficial que puede ser utilizada para riego o necesidades de hogar. Crear estas retenciones en las partes altas de la montaña permite hacer chequeos del nivel de agua del río, así como la limpieza periódica del mismo para evitar que la contaminación inicie desde urbanismos arriba.
- Parques inundables: Al hacer uso de las planicies en lo bajo del valle, se pueden generar espacios inundables por el río y con la medición de aumentos de nivel controlados por modificación topográfica. Además de apoyar la tarea de monitoreo, sirve como aprovechamiento del exceso de aguas en riegos de campos agrícolas o como reservas de emergencia durante períodos de sequía. El uso de vegetación que requiera mayor absorción de agua es recomendado en estos parques.
- Plantaciones hidropónicas: Al comprender el agua como un recurso, el volver a la agricultura como el principal rubro de las ciudades es una tarea de altas ventajas en contextos afectados por desastres. El alto volumen de agua que se maneja en la cuenca favorece el uso de vegetación hidropónica que es más exigente con los requerimientos hídricos. Con estas plantaciones se busca reducir el impacto de las inundaciones y a su vez generando un beneficio económico a través de la producción de alimentos o biomasa. Se favorece la plantación de tomate, pepino, lechuga, fresas, especias y plantas medicinales para este sistema.
- Transporte acuático: Gracias a la cercanía del lago y tomando en cuenta la progresiva inundación y aumento de nivel del mismo, se espera que la ciudad eventualmente cambie a una movilidad mixta, además, para utilizar nuevamente el lago como un espacio para el transporte entre las ciudades de la cuenca. La integración de transporte acuático en las zonas cercanas al lago permite una evacuación efectiva durante inundaciones y en general ofrece una solución de navegación lógica a la naturaleza del valle donde se ha implantado la ciudad.
Las acciones de adaptación se proponen para escenarios de transformación, aprendizaje y transición hacia el nuevo modelo futuro de ciudad. La red adaptativa busca a través de la participación ciudadana, crear conciencia sobre la importancia y origen de los ríos y el agua en Maracay. Para lograr este objetivo, se espera lograr un contacto ciudad-río para reforzar la cohesión medioambiental, y la construcción de un modelo productor basado en las fuentes hídricas, que permita la reincorporación económica de la ciudad, así como formar una lógica circular que se adapte a las circunstancias de la cuenca endorreica del lago.
- Sendas educativas: Estas permitirán la interacción de jóvenes principalmente con la montaña, para instruir en la formación de las quebradas, la biodiversidad que habita en el Parque Nacional y la protección de la misma, así como el monitoreo por parte de la comunidad y de las autoridades. Se proponen seguir rutas en el área de cabeceras por trayectos seguros que a su vez funcionen como espacios de evacuación en temporadas de lluvia y peligro de deslaves.
- Parques de contacto: Estos también cumplen el objetivo de la interacción de la comunidad, en este caso más directa con los ríos y quebradas. En estos espacios pueden existir riberas de contacto, balnearios, siembras locales. La vigilancia e interacción de los pobladores es clave para el mantenimiento de estos parques, y que de este contacto nazcan las dinámicas de unión ciudad-río.
- Centros comunitarios productivos: En los márgenes de las zonas de Planicie se propone recuperar el suelo utilizado para agricultura con espacios de cultivo coordinados por las comunidades. Los resultados de esta agricultura pueden ser utilizados para consumo de la ciudad en caso de alimentos o para la elaboración de productos internos con biomasa. Algunos usos viables contemplan estructuras, mobiliarios y objetos con bambú, textiles artesanales, impresión 3D con arcilla, piedras de río para diferentes usos. La escala local y el trabajo artesanal se cohesionan a partir de comunidades unidas y resilientes, por lo tanto, la educación juega un papel importante también en la construcción de estos centros.
- Reciclajes de desechos: A causa de la gran contaminación producida por los desechos de la ciudad, se busca crear una conciencia de reciclaje de escala urbana, comenzando por lo local. Para ello, en lugar de la quema de desperdicios sólidos que funciona actualmente en Maracay, se promueve como acción el reciclaje de plásticos, vidrios, metales, en conjunto con materiales de biomasa obtenidos en la agricultura de río. Esto ofrece un campo para fabricar productos innovadores a partir de material reutilizable, evitando que estos continúen contaminando las quebradas y deteniendo el proceso de deterioro del Lago de Tacarigua.
Verde. Económico. Social.
La siguiente capa propuesta toma en consideración los ejes sobre los cuales la propuesta debe enfocarse para beneficiar a la ciudad y al medio ambiente. Tomando en cuenta las acciones propuestas en el marco temporal, el presente marco temático se aplica en conjunto para reforzar aspectos de mejora en cada área.
- Lo Verde: Los beneficios medioambientales es uno de los focos principales de la presente investigación. Un contexto medio ambiental sano, con una biodiversidad en equilibrio ofrece las condiciones prósperas para el desarrollo humano. A pesar de que el urbanismo ofrece en principio la antítesis del medio natural, es posible mediar ambos en una situación diversa, compleja y de mutuo beneficio para todos los organismos que cohabiten en este espacio. La capa ambiental se aplica en las acciones que utilizan materiales locales y reciclados, que favorecen la percolación del agua, así como la recuperación de especies vegetales a través de agricultura y parques o paisajismos urbanos.
- Lo Económico: Se propone un cambio de un sistema actual obsoleto, colapsado de consumo y desecho, por una versión de economía contemporánea, local, centrada en los desafíos inminentes del cambio climático y que aprovechan recursos que ya existen en formas innovadoras de reciclaje. Las acciones de bajo costo, alto retorno y aplicaciones tecnológicas también entran en esta categoría, por su viabilidad de aportar beneficios en una ciudad que no cuenta actualmente con la inversión monetaria suficiente.
- Lo Social: Los ciudadanos hacen a la ciudad. Esto es suficiente motivo para que cualquier acción o trabajo urbano necesariamente considera la participación de su comunidad en el proyecto. Las acciones de clasificación social son aquellas que involucran activamente a la gente, considerando principalmente la educación como el motor de cambio en la mentalidad de las personas para construir el modelo de ciudad en redes hidrográficas planteado.
Virtual. Educativo. Tecnológico.
En consideración con las dinámicas de la era digital, se agrega una capa adicional a las acciones, a través de procesos no tangibles o “en la nube” por medio de la tecnología y el acceso a internet. La capa de virtualidad propone la unificación en contextos distantes a través de plataformas de discusión e intercambio de experiencias. El objetivo es crear un medio educativo, informativo y de retroalimentación en el contexto intangible de relaciones sociales.
La plataforma digital propuesta se presenta como un foro online en el cual los usuarios, principalmente las comunidades de los barrios en la cuenca del Río El Limón, puedan comunicarse y compartir experiencias, ideas, datos e información relacionada al estado del proyecto, así como el monitoreo de las condiciones del río y sus quebradas.
Los tópicos de discusión pueden enfocarse también en los centros de reciclaje y producción en comunidad, para generar conversaciones acerca de su importancia, de promover una mejor cohesión social en un ambiente seguro, y nutrir el conocimiento del proyecto, consolidando la red en diversas zonas y progresivamente ampliando para cubrir la ciudad, y finalmente la cuenca del lago.
Aplicaciones: De Cuatro Parques hacia Una Cuenca
Delta: De Vertederos a Reciclajes
La zona del Delta corresponde a la sección entre la Autopista Regional del Centro y el Lago de Tacarigua. Comprende el Barrio San Vicente, la Zona Industrial San Vicente y la Base Aérea Sucre, su urbanización y el Aeropuerto Los Tacariguas. En el barrio se ubica el vertedero municipal de la ciudad, el cual está al borde del Río El Limón y del Lago de Tacarigua. Los desechos son tratados por incineración a cielo abierto, lo cual ocasiona un alto nivel de contaminación de suelo y aguas. Otro problema que afecta a la comunidad de San Vicente es la inseguridad, ya que es un barrio de alta peligrosidad controlado por bandas criminales, lo cual dificulta el acceso de personas externas a su núcleo. Los problemas de inundaciones son frecuentes en el sur del barrio, por su inmediata cercanía al lago y drenajes inadecuados.
La propuesta aplicada consiste en la transformación del vertedero y de sus dinámicas consumo-desecho en un parque de reciclaje que aproveche la materia orgánica e inorgánica en productos energéticos o nueva materia prima transformada para su producción en la zona industrial o en centros comunitarios productivos y escuelas.
En un escenario completo se propone la renaturalización del margen del delta, aumentando la sección del río en áreas inundables que reduzcan la velocidad del agua y ofrezcan espacios de irrigación para la vegetación, bosques y plantaciones a lo largo de la frontera entre la base aérea y el barrio.
Planicie: De Armamentos a Productores
La zona de la Planicie corresponde a la sección entre la Autopista Regional del Centro y el inicio de El Limón, en la Avenida Universidad, al lado del Parque Los Apamates. En este amplio espacio originalmente hubo varias haciendas, principalmente de Caña, lo cual le da el nombre al sector Caña de Azúcar. Otros barrios que ocupan las tierras de la planicie son El Paseo, La Candelaria, José Félix Ribas, La Coromoto, El Recurso, 23 de Enero, y una amplia zona de uso militar llamada CAVIM. Este espacio se utiliza para la producción y almacenamiento de armamento militar estratégico.
La cercanía con el urbanismo ha presentado problemas en el pasado; durante el año 2011 un accidente causó la explosión de los almacenes y diversos materiales explosivos fueron hallados en las urbanizaciones aledañas, así como escombros y ventanas rotas. La presencia de este tipo de usos en la ciudad manifiesta un riesgo para la seguridad de los habitantes, así como la apropiación de una gran extensión de territorio que puede ser aprovechado con la presencia del Río El Limón.
La propuesta plantea la transformación de esta zona militar en un parque de producción agrícola comunitario, gestionado a través de los centros comunitarios productivos y hacer uso de las instalaciones como laboratorios de fabricación que utilicen el material reciclado y producido en los campos. Estas fábricas de bio-productos promueven la innovación y creatividad de los ciudadanos, mientras que la producción agrícola permite un mercado alimentario con especies locales o el uso de bambú en construcción.
Finalmente, se plantea un nuevo borde de integración urbana entre el modelo actual con la inmediación del Río, con la especulación de modelos de vivienda en comunidad que se adapten a una economía circular y de complemento con producción interna. El objetivo de nuevas edificaciones, así como la adaptación de antiguas al modelo de ciudad en red, permitirá incorporar la hidrografía en el día a día de los procesos urbanos.
Piedemonte: De Riesgos a Resilientes
El Piedemonte comprende la zona entre el Parque Los Apamates y la cota 580, cuando comienza la ladera sur del Parque Nacional Henri Pittier. El Limón está compuesto en su mayoría por barrios residenciales unifamiliares, que abarcan el pequeño valle entre las quebradas. Estos son Los Rauseos, El Piñal, Valle Verde, Las Tejerías, Niño Jesús, El Progreso, El Limón y Mata Seca. Los riesgos por deslave representan el principal problema en el sector, el cual ha retrasado su crecimiento y recuperación. Algunas calles de urbanizaciones mantienen rocas de gran tamaño provenientes de desastres anteriores como monumentos silenciosos de la tragedia.
Para disminuir la exposición e impacto por deslaves, la propuesta pretende la creación de parques filtro a lo largo de las quebradas, al igual que diferentes micro intervenciones de barreras, filtros, estanques, que permitan reducir la velocidad del agua, y crear redes que detengan los residuos provenientes de las cabeceras de la montaña.
Los márgenes del río deben fortalecerse con bordes naturales que permitan la infiltración de agua en el suelo. Los parques filtro funcionan como lugares recreativos y de contacto educativo, así como una manera de regular y controlar reservas de agua para la población de la zona con micro lagunas. En estos parques se proponen actividades de enseñanza para los jóvenes sobre la hidrología y fabricación con plantas de bambú y piedra para hacer entender las lógicas del agua y la ciudad.
Cabecera: De Espectadores a Protectores
La Cabecera forma toda la ladera sur del Parque Nacional Henri Pittier, así como los orígenes de las diversas quebradas que alimentan el Río El Limón en el bosque nublado, con la altura máxima de 2200m sobre el nivel del mar. Estos espacios de fuertes pendientes están cubiertos de vegetación frondosa, con una fauna característica (incluidas 22 especies endémicas), lo cual lo hace un ecosistema de suma importancia para la ciudad el país y el mundo entero. La ladera sur de la montaña, la cual se encuentra en una relación más directa con Maracay, es a la vez la más vulnerable. Cada año en las temporadas de sequía, incendios forestales naturales o provocados por el hombre consumen hectáreas de territorio vegetal y su fauna. Estos incendios tienden a descontrol debido a la ausencia de medidas eficientes por parte de los bomberos, que no cuentan con los recursos para apagar llamas de tales extensiones. La frecuencia de estos eventos debilita fuertemente la capa vegetal que se encarga de soportar la tierra y minerales con sus sistemas de raíces profundas. Por esta razón al llegar la temporada de lluvias torrenciales, aumenta el riesgo de eventos de deslaves gracias a la poca cohesión y desbordamiento de la capacidad del suelo en retener agua.
La propuesta para este sector incluye la creación de una línea cortafuegos en la cota 580, que delimita el final del suelo urbano. Esta cota a su vez funcionaría como un parque de vigilancia, del cual se desprenden senderos montaña arriba para monitorear y tener acceso a las cuencas de las quebradas, lo cual abre la posibilidad de hacer chequeos frecuentes y de eliminar cualquier elemento peligroso que pueda desencadenar un alud. Estos mismos parques lineales también funcionan como sendas educativas donde los jóvenes pueden estudiar la biodiversidad del parque y entrar en contacto con los cursos de agua bajo la guía de autoridades de la comunidad. La idea consiste en que las personas retomen el contacto con el bosque nublado para eliminar el temor de lo desconocido.
Otro elemento propuesto en este sector es la inclusión de refugios en el parque cortafuegos. De esta manera en el evento de un deslave o lluvias torrenciales, la población puede ser evacuada a zonas altas y seguras en donde exista el menor riesgo. Esto es posible en las filas montañosas, donde las cuencas nacen ya que la probabilidad que un alto volumen de agua transite por esos espacios es mínima.
Red Tacarigua: Futuros Territoriales
La aplicación de las propuestas en la pequeña escala busca desencadenar una reacción que afecte otros ríos y cursos de agua en la cuenca del lago. Las ideas que se plantean en el presente trabajo ofrecen un nivel de flexibilidad transmisible, y que al trabajar todas en conjunto, forman una red de acciones separadas físicamente, pero vinculadas a través de una organización sistemática: un objetivo común. La red plantea entonces, que es posible la solución de problemas de escalas territoriales grandes, como es el caso de cuencas hidrográficas enteras, si se actúa en la pequeña escala.
Los desafíos que representa el cambio climático para las comunidades vulnerables, así como los esfuerzos de ocultar y desplazar las aguas urbanas, son incapaces de lograr la desaparición de los ríos de los mapas de la ciudad. Los ríos siempre van a tender a recuperar su cauce original, independientemente de la imposición urbana, estos representan un componente vital para la ciudad y el mundo. Es clave entender que cada desnivel topográfico, cada espacio por donde corre el agua es de consideración en su impacto medioambiental, a pesar de su escala, formación o aspecto.
Esto plantea para el desarrollo de proyectos en el futuro la seriedad que los profesionales deben asumir como misión, pues el futuro de las nuevas generaciones yace en como se tratará el agua como recurso, y particularmente, la educación de modelos innovadores que surgen para la adaptación de las redes hidrológicas a un mundo lleno de posibilidades.