La formulación de la paz es imposible para el consenso de las masas actuales. Esta misma perspectiva es igualmente negativa en el país que inició el desarme de sus tropas después de la dolorosa II Guerra Mundial y una sangrienta Guerra Civil en 1948, esta es Costa Rica. Una utopía en las américas, una deformada utopía que se mal logró.

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Ahora sumergida la “Costarrica” (posible vocablo originario indígena, a veces “Cotaquerrique” [Cabal, 2010]) de la actualidad en un desarme de sus profesores, el sistema de salud, como el desarme de las más bellas tierras de sus costas para multimillonarios extranjeros. La pequeña, modesta y lujosa Costa Rica, posee varios cánceres que comienzan un proceso de agonismo más evidente con el aumento de la violencia armada por el narcotráfico que termina de necrosar los tejidos.

Propuestas para el país hay muchas, anhelos para cambiarla, pocas por parte de la estirpe política que evidencia la ruta de los intereses económicos poderosos y no el altruismo humano por la productividad táctica y honesta de su territorio humano.

Este proyecto interpone en la discusión del urbanismo un repertorio de partituras de políticas locales por medio de Federaciones de barrios, colectivos e instituciones de un área territorial, articula una serie de implementaciones tecnológicas a las poblaciones de esta federación que impulse la producción local e investigación directa de sus partes; mecaniza problemas grabes de contaminación por residuos urbanos con la regeneración urbana y de la cuenca del río como minería de materia prima para la fabricación de futuras necesidades; organiza la federación a escuadrones operativos inclusivos, desde niños a personas en situación de calle, a doctores científicos a costureras de ruedos para pantalón; conectividades rizomáticas horizontales que tienen tanto bueno como malo, grama y raicilla, núcleo y descendencia; de manera que la vinculación de los elementos genere nuevas dimensiones de relaciones de poder contando con las bases materiales primordiales para la generación económica: materia prima, mano de obra y medios de producción.

Se propone accionar un área experimental para desencadenar el fuego de Prometeo en la territorialidad mixta natural, institucional, histórico, ciudadano, educativo en una sección norte del casco central de la capital de Costa Rica, San José. Constando en la creación de este territorio se pretende la creación de un nuevo Parque Urbano, actualizando la vieja red de parques sin actualizar desde el año 1987. Aumentando de 3,4m2 de espacio verde a 4m2 para los pobladores de la principal ciudad de CRC.

Este parque será de producción y desarrollo tecnológico a puertas abiertas, y más allá, sin paredes. No es un parque industrial o fiscal alejado de la realidad del territorio. Es un proyecto de Campus-Parque, un conjunto de espacios naturales de atractores educativo-productivos.

La creación de un sistema de auto-fabricación que autofabrique las realidades del futuro parque conviene en la creación de una junta de oficios ya existentes por la zona, la mezcla del conocimiento de las notables universidades existentes, el financiamiento de los históricos músculos del cambio republicano de la Banca Central para impulsar el desarrollo puntual en un centro de la 4ta revolución industrial liderado por la Federación de los Barrios del Norte. Integrándose programas de recolección y trabajos varios que integren abiertamente a las poblaciones que nunca se toman en cuenta para proyectos tecnológicos, familias en miseria, ciudadanos sintecho y migrantes en tránsito; labores de recolección, selección, acopio, bodegaje donde podamos intercambiar servicios de alimentación, salud, terapia y abrigo; intercambio con dinero en procesos mayores de interrelación con el sistema. Movilizando las ruedas de la economía.

El procedimiento de conquista del territorio se da por los tres principales cuartelazos aliados que generar: Benemérito Museo de los Niños, Antiguo Zoológico y Parque Botánico Simón Bolívar y el Polideportivo de Barrio Aranjuez. Tres hermosos sitios de gran interés cultural de los cuales las batallas serán dirigidas a sus afueras, para expandir el territorio de la trinchera del río Torres. Generando un margen de contención y control que vaya en aumento según las alianzas y comandos especiales que aseguren los perímetros. Este parque tendrá activamente sectores barriales internos, el límite difuso; sin paredes.

Al generar las alianzas de la Federación el proyecto de Parque-Campus comienza su función como centro de una nueva economía y una nueva educación en el son de la cultura de la paz. Esa olvidada por las generaciones que han olvidado los gritos de las madres y ahora se aterrorizan por el narcotráfico que toma a las poblaciones olvidadas por los planes de desarrollo dirigidas a las grandes compañías y transnacionales sin transferencia tecnológica.

Por medio de la Minería Urbana que no solo consiste en la re-materialización de los residuos valorizables, sino también de estructuras abandonadas, espacios sin uso para su apropiación utilitarista (Mill, 1863) en nuevas infraestructuras fabricadas para enriquecimiento de un nuevo urbanismo próximo.

El alcance primario del nuevo urbanismo comienza con una batalla feroz por la movilidad, enfrentándose ante la violencia del carro-centrismo y el nefasto sistema público que urge su reforma nacional. Se propone un sistema de autopista peatonal que teja el territorio de la trinchera para la seguridad humana, la actividad física, el tiempo y salud de tránsito; rompiendo la brecha y el olvido del espacio natural de ambas vertientes en que parte el río Torres la ciudad que a su alrededor de asentó y destruye esta joya de vida.

Con programas base de un Laboratorio de la Fabricación, Laboratorio Biosférico y un Laboratorio Social, requerimos que estos no funcionen como cuarteles nucleares si no como redes por el territorio. Acompañados de implementos para la higiene, artes, reunión, el espacio se complementa como una serie de importantes sitos para ocupar las actividades de las poblaciones inmediatas, cercanas y visitantes, llenando de vida y seguridad el inhóspito terreno.

Al gane de las batallas planteadas, el sistema podrá mutar a un paradigma evidente de “Diseño Antropológico” que busca la auto-fabricación de seres humanos preparados para la ayuda entre los suyos. Emergentes seres capaces de la colaboración activa ante desastres naturales, incendios, accidentes, hasta situaciones de terapia psicológica y salud física. Así estarían formuladas una serie de emergentes redes para la enseñanza de estas necesidades. Redes para la Paz. Recordando el motto de los abolicionistas del ejército “queremos un ejército de profesores no de soldados” (Figueres, 1948).

Esta experimentación del Parque-Campus se funda desde las articulaciones existentes de un sistema costarricense llenas de elementos que buscaron la utopía en su seno, ahora desarticuladas y sin un propósito máximo; la cultura de paz. Una cultura que reactiva la vida en la creación de la “paz positiva” (Galtung, 1987) donde activamente formula las herramientas sostenibles para el bienestar entre humanos con la naturaleza, expandiéndose extra-territorialmente por los complementos aislados institucionales, poblacionales del pasado polvoso y algo añejo que se avinagra más que producir un buen gustoso vino.

Este proyecto Para la Paz tiene un complemento audiovisual que se creó con el propósito de dar apertura a la comunicación fuera de las paredes de la Academia, de manera que sea accesible y busque un lenguaje de juventud y no solo de universitario (Allende, 1972). “Porque las palabras cayendo en cascada uniéndose, recreándose constantemente hacen pensar, hacen concebir nuevas palabras, humanizan” (Anguita, 1992).

De manera que la unión multigeneracional histórica de nuestro país y región, remine y conciba la construcción de sus vidas no desde lo privado si no el conjunto de seres distintos y únicos que bajo una única bandera luche por las posibilidades vastas que la física, la ciencia y el universo tienen para nosotros, entre humanos con la naturaleza.